FIVE

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Pasaron algunos días desde que Sylvanas dejó Teldrassil y desde el "Te Quiero" que se dió con su hija, dejando a Asier cómo protector de Nahiara; la Dama Oscura tuvo que ir rumbo a los Reinos del Este, a la Cuidad de Lunargenta, a hablar con Lor'themar Theron sobre algunos temas que terminarían por alterarla y preocuparla.

- ¡¿Cómo que se han visto no-muertos y necrófagos de la plaga?!- Le confrontó Sylvanas, golpeando sus puños en la mesa con el mapa de Quel'thalas, tirando algunas cosas sobre la mesa- eso no puede ser posible- dijo arrastrando las palabras e inclinándose a su ex compañero de batallas.

- Según mis informantes- dice Lor'themar - se les ha visto a las afueras de la ciudad por la Cicatriz Muerta, tengo a varios forestales defendiendo la entrada destruida- le muestra el lugar apuntando al mapa.

- ¿Se sabe quién los mandó?- se aleja un poco para ver por una ventana que daba hacia la ciudad con un semblante serio.

- No- camina para posicionarse al lado de Sylvanas- pero se cree que tienen órdenes de alguien desde Rasganorte- se cruza de brazos.

La mujer se queda un buen rato en silencio analizando lo dicho por el Señor Regente buscando posibles culpables, hasta que a su mente llegó un nombre.

-Arthas...- dice entre dientes y frunciendo el ceño

-No se sabe nada de él desde que se le perdió el rastro hace años- dice mirándola- luego de las atrocidades que cometió- suelta un suspiro- debe estar muerto.

- Ojalá así sea y que esa magia lo haya consumido- dice con firmeza- Porque de lo contrario- le mira a los ojos- no dejaré de darle caza hasta matarlo.

- Él no supo que tuviste una hija- la ve alejarse un poco hacia la pared- si existiera la posibilidad de que realmente esté vivo y se entera de Nahiara- le pregunta- ¿crees que la buscaría?

- No lo voy a permitir- su voz se torna oscura y de sus manos se veía un poco de una bruma morada- es mi hija, la protegeré con mi vida si es necesario.

- Quien pensaría que un pequeño ser te cambiaría- dice admirado por su actitud para con la niña.

- Es mi más grande tesoro- dice un poco más tranquila- por ella haría cualquier cosa con tal de que viva en un mundo mejor.

Mientras que ellos hablaban, en la bella ciudad nocturna, Darnassus, Nahiara se encontraba decidida a preguntarle a su madre sobre su origen, desde esa última conversación que tuvo con Sylvanas le crecieron dudas y estaba dispuesta a saber la verdad, aunque en lo más profundo de su corazón sabía cuánto le dolería. Por lo cual, se encontraba esperando a Tyrande sentada en el suelo de un hermoso jardín de diversas flores y animales que se acercaban a ella para pedir caricias; estaba tan sumida en sus pensamientos que no notó la presencia de la líder Kaldorei a sus espaldas llamándola.

- Nahiara- no recibe respuesta de la niña, quien estaba acariciando a una lechuza- hija...

- ¿Mmh?- se percata de Tyrande al sentir su mano en su hombro- disculpa, no sabía que habías llegado- dice con una sonrisa que no le llega a los ojos, mientras dejaba ir al ave.

- Al parecer tus pensamientos no estaban aquí- se sienta a su lado- ¿qué pasa mi niña?- le pasa el brazo por encima de sus hombros y la acerca a ella.

La niña suspira apoyando su cabeza en el hombro de la elfa nocturna pensando bien lo que le preguntaría, ya que sabía que se lo podría tomar a mal o simplemente se sorprendería, pero muy en lo profundo de su corazón anhelaba saber sus orígenes, tal vez si Malfurion despertara del Sueño Esmeralda podría apaciguar la reacción de Tyrande. La mayor preocupada por el silencio de Nahiara, la toma con delicadeza del mentón para que la observara.

La Hija de la PlagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora