La Hija de la Plaga

ELEVEN

Antes del secuestro de Nahiara...

Hacía poco tiempo que Acherus, el Bastión de Ébano, se había asentado sobre el Enclave Escarlata, lugar donde los Caballeros de la Muerte del Rey Exánime estaban siendo entrenados para enfrentar a la Cruzada Escarlata y tomar por suyas Villa Refugio y Nuevo Avalon. 

Estos caballeros eran dirigidos por Darion Mograine, era él quien dirigía los entrenamientos de los nuevos levantados de la muerte, dándoles misiones de atacar a la Cruzada Escarlata y lograr ganar territorio por todo Reinos del Este a futuro, pero esto se vió interrumpido en el momento que atacaron la Capilla de la Esperanza de la Luz.

La capilla estaba protegida por trecientos miembros de la Cruzada Argenta, quienes tenían al mando a Lord Tirion Vadín portador de la Crematoria, un Paladín de la Mano de Plata que hasta ese momento se había comprometido con terminar con el Rey Exánime y con la Plaga. La batalla fue interrumpida por la aparición de Tirion junto a su caballo, cuando los Caballeros de la Muerte dieron fin a un centenar de los defensores de la Luz.

-¡Reúnanse ante la Capilla!- grita Tirion a los defensores que aún seguían en pie.

-¡Retírense, Caballeros de la Muerte!- les ordena Darion abatido-, perdimos. La luz... este lugar... sin esperanza...

-¿No aprendiste nada muchacho?- le pregunta el paladín-, eres TODO contra lo que tu padre luchaba.- lo mira desde su montura- Como a ese cobarde, Arthas, te dejaste consumir por la oscuridad... el odio... ¡Alimentándote del sufrimiento de quienes torturaste y asesinaste!- le exclama- Tu amo sabe que asecha debajo de la Capilla, por eso no osa dar la cara y te a enviado a ti y a tus Caballeros de la Muerte para encontrar el fin Darion.- trata de hacerle ver la verdad- Lo que ahora sientes es la agonía de miles de almas perdidas, almas que tú y tu amo trajeron hacia aquí... ¡La luz te despedazará Darion!

-Conserva el aliento, anciano- se burla en respuesta-, podría ser el último que exhales.

De la nada, detrás de Darion, aparece una imagen del pasado de su padre; Alexandros Mograine habla con un joven Darion sobre los peligro que correría si se enfrentara a los no-muertos y que no soportaría perderlo en batalla, diciéndole que llegaría el momento en que él sería el nuevo portador de la Crematoria. Sin embargo, la imagen fue interrumpida por la espada del Rey Exánime.

-Conmovedor- dice al aparecer-, ahora es mío- mueve su espada al absorber la imagen de Alexandros y lanzando un hechizo inmovilizador a Tirion.

-Me... traicionaste- le dice Darion mirando el suelo- ¡Nos traicionaste a todos Monstruo!- le enfrenta- ¡Enfrenta el poder de Mograine!- saca su espada, la Crematoria Corrupta, y se lanza contra el Exánime, pero es apartado rápidamente por su superior.

-Patético-dice burlón.

- Eres un auténtico Monstruo, Arthas- le enfrenta Tirion.

-Tenías razón Vadín- le dice acercándose lentamente con espada en mano-, si los hiciera morir sus vidas no importan- termina su paso cerca del paladín alzando lentamente la Agonía de Escarcha-, pero la tuya...- le apunta- Que sencillo fue sacar al Gran Tirion Vadín de su escondite, quedaste al descubierto Paladín- baja un poco la espada para decirle de forma sombría-, nada te salvará...

Lord Tirion Vadín es atacado por el poder de la espada de Arthas, que poco a poco absorbía su alma; los defensores de la Capilla y algunos Caballeros de la Muerte intentaron en vano detener al Rey Exánime, pero su poder era demasiado para ellos. Darion vuelve del anterior ataque de Arthas, para ver como la vida de Tirion se escapaba de su cuerpo; toma su espada para luego llamar la atención del Paladín.

-¡TIRION!- le grita Mograine, para luego lanzarle la espada corrupta, que en ese momento fue purificada.

-¡AAAARTHAAAS!- le grita Tirion con la Crematoria en mano.

-¿Qué es esto?- se cuestiona Arthas mientras retrocedía un poco.

-Tu fin...

Tirion arremete contra Arthas y el poder de la Crematoria, en una pelea reñida por dos fuerzas contrarias; La muerte y la luz.

-Imposible- dice el Exánime sin creerlo- esto... no ha acabado- dice mirando a Tirion-, cuando nos reencontremos, no será en suelo Sagrado Paladín- abre un portal para irse en dirección al Gran Árbol... Teldrassil...

En la actualidad... (cinemática WOLTLK en multimedia)

El Rey Exánime, después de dejar a Nahiara a cargo de la elfa, se dirigió a la parte este de Corona de Hielo caminando sobre la nieve que cubría el lugar por completo y con una brisa gélida a su alrededor. Siguió su camino sin ningún imprevisto hasta llegar a su destino.

Arthas se detuvo antes de llegar a un acantilado de hielo, se apoyó sobre una de sus rodillas y con lentitud pasó su mano a ras de la nieve, dejando a su vista de algo escondido entre medio del hielo, para luego erguirse y dejar al descubierto la empuñadura de su espada, agarrarla con fuerza y sacar de su funda a la Agonía de Escarcha; se quedó mirándola por unos segundos fruncir el ceño brevemente y extenderla frente a él.

Al cabo de unos segundos, poco a poco fueron cayendo sobre la espada pequeños copos de nieve hasta tocarla y que empezara a emanar una bruma celeste desde la punta al mango de esta; Arthas al ver la bruma, y en un movimiento rápido y hábil, empuñó a la espada con ambas manos y la enterró en el hielo, provocando que este se empezara a romper y que una brisa apartara la nieve de la superficie helada; sacó la espada del hielo y la volvió a meter a su funda luego de enderezarse.

Algo empezó a emerger detrás de él de entre el hielo que se rompía cada vez más, una enorme criatura que poco a poco iba saliendo desde las profundidades gélidas del lugar; primero unas enormes alas esqueléticas, unas majestuosas cornamentas y un rostro esquelético, hasta que salió por completo del hielo soltando un ruidoso rugido... Una Vermis de Escarcha que en algún momento fue un dragón, pero no uno cualquiera, si no que este en particular pereció hace varios años.

En esa zona, hace varios años quedó sepultado el cuerpo de un dragón aspecto del vuelo azul, llamada Sindragosa. Esta dragona fue la amada consorte de Malygos, o también conocido como Tejehechizos, quien era guardián de la magia arcana. Sin embargo, todo se volvió un caos en el momento en que Neltharion los traicionó durante el salto de la Legión Ardiente, provocando una batalla aérea en las cercanías del Pozo de la Eternidad.

Malygos y Sindragosa, junto a los demás dragones del vuelo azul, se reunieron para enfrentar al dragón del vuelo negro, pero no se esperaban que utilizaría el poder del Alma de Dragón contra ellos creando una explosión, extinguiendo la vida de casi todo el vuelo azul y lazando en consecuencia a la dragona a las tierras heladas del norte de Rasganorte.

En medio de su agonía, la ahora ciega y moribunda Sindragosa, trató de llegar al Reposo del Dragón, para que su cuerpo pudiera descansar en paz junto a los dragones que iban ahí a dejar ese plano del mundo, pero lamentablemente sus enormes alas no le respondían y se desplomó en esa parte de aquellas gélidas tierras de Corona de Hielo.

Al verse incapacitada para lograr su cometido juntó la poca energía que tenía para hacerle un llamado a Malygos para que fuera en su ayuda y teniendo como única respuesta la brisa de aquel lugar; en sus últimos instantes de vida solo sintió odio hacia la Legión, odio hacia Neltharion y odio hacia Malygos, pero sobre todo a los seres mortales jurando que obtendría su venganza.

El Rey Exánime había levantado de entre los muertos a esta vengativa dragona, quien salió de donde estaba sepultada para acercarse a al barranco y observar a el panorama que había frente a ella, se dió el tiempo de admirarlo hasta que desplegó sus enormes alas, lanzarse al precipicio y volar sobre un enorme ejército de no-muertos, quienes no podían dejar de mirar a la dragona; Sindragosa sintiendo su poder emanar de ella, soltó un fuerte rugido que retumbó en varias partes de Corona de Hielo y siendo seguido por los gritos de júbilo del ejército.

Arthas, observando todo desde el acantilado del lugar llamado La Caída de Sindragosa, se sintió satisfecho y lleno de poder al ver a su ejército listo para destrozar y contaminar con la plaga a todo Azeroth...

*Holaaaa, buenas Chiquillxs, tanto tiempo, espero estén bien. Se que he estado MUY desaparecida, pero ahora sí que tengo tiempo para actualizar y pretendo hacerlo muy seguido en estas semanas :). Espero que les haya gustado el capítulo, no olviden comentar que les pareció y dejar su voto. CUIDENSE, nos estamos leyendo en estos días.*