CAPÍTULO 32.

466 28 2
                                    

Al despertarnos, Sebastian tubo que irse a la otra habitación. Oscar llego poco despues rascándose los ojos de sueño

- Buenos días Oscar, ¿Cuánto has dormido?

Pregunte con risa

- Buenos días, ¿y tu?

- Desde que te fuiste hasta ahora, Sebastian y yo solo dormimos.

- Pues Chris y yo no hemos dormido tanto.

Respondió con risa.

Rapidamente nos arreglamos para bajar al comedor del hotel.

Me senté al lado de Oscar y Carlos.

- Eli no seas mala, sientate al lado del profe que se le rompe el corazon, mira que carita tiene porque no te has sentado con él.

me habló Carlos con risa y señalandome la otra punta de la mesa donde Sebastian estaba sentado al lado de Chris, con un hueco a su lado, Chris tambien miraba a Oscar decepcionado de que no se sentase a su lado. Estos dos, son mas grandes que nosotros y parecen niños pequeños sacandonos morros.

Oscar y yo nos levantamos riendonos y nos sentamos al lado de nuestros novios, ellos dos enseguida como una especie de pacto nos besaron a Oscar y a mi a la vez. Mis amigos soltaban risitas de ver a los profesores besandonos.

- Eli! consigue que Sebastian nos apruebe a todos!

exclamo Eliot riendo con el resto de compañeros. Sebastian hizo un gesto de que eso no pasara y todos abuchearon. Yo no podia parar de reir.

- No se como puedes ser tan preciosa.

Me dijo al oído. Me hizo sonreír. Nos trajeron el desayuno, todo se veía delicioso.

Mi fruta era un plátano y el pervertido de mi hombre al verme comerlo se reia.

- ¿Se puede saber de qué te ries Sebastian?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Se puede saber de qué te ries Sebastian?

Le pregunté intentando hacerme la seria, aunque había una sonrisilla en mi rostro y las cejas alzadas.

- Nada nena, de las tonterías de Eliot y Carlos.

Dijo riendo para disimular. Se acercó a mi oído.

- ¿Esta noche quizás si puedas entregarme ese trabajo? Esque lo recordé al verte comer ese delicioso plátano.

Me hizo reír hasta el punto que casi me atragantó.

- Estamos en vacaciones profesor, no me mande trabajos en el viaje.

Le dije riendo.

- Pues lo quiero para después del viaje señorita Miller.

- Como quiera profesor Stan.

Gracias a dios que solo Chris y Óscar estaban lo suficientemente cerca para escucharnos y aún así ni se enteraron por estar comiéndose los morros.

Profesor StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora