Acompañarme a leer esta historia. Sobre la vida de Elisabeth Miller, una universitaria que se enamora locamente de su sexy profesor, Sebastian Stan.
¿Será amor correspondido?
¿Tendrá un bonito final feliz? ¿O tal vez uno triste?
Atrevete a leer e...
Pues... ya llegó diciembre, y si, con eso, el día 5, y... ¡Sebastian y yo hacemos dos meses juntos! ¡emoción!
Aprovechamos que hoy es sabado. Dejamos a Carol con Jessica. Hoy Sebastian me dijo que no preparase nada, que el se encarga de todo, asique, aquí estoy, tendida en la cama, esperando mi desayuno. Eso si, ya me preparé para salir.
- ¡Ya está aquí el desayuno especial!
Sebastian entró a mi habitación con una bandeja de comida, lleva como cuarenta minutos cocinando y ya muero de hambre. Se sentó a mi lado, trajo para los dos.
- Esto huele delicioso Sebastian y se ve delicioso... pero... lo que tiene por arriba.
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Me reí nerviosa y Sebastian lo vio.
- No es lo que te imaginas.
Me dijo viéndome a los ojos riendo.
- Pero parece.
- Si, se ve igual. ¿Quieres que lo quite? Si te da asco lo quito, pero no es eso.
- Esta perfecto así Sebby, no mal pienses y no vayas a decir nada cuando lo pruebe.
Corte un pedazo de las tortitas que con ese glaseado parecía que Sebastian se había corrido encima de ellas.
- Eso comete todo mi esperma nena.
Dijo fingiendo tener un orgasmo. Me metí la comida a la boca y le di un codazo.
- Hey cuidado, mi hombro.
Trague y bebí del zumo.
- No te vayas a quejar de eso, hace dos semanas que ya estás bien.
Sonrio y me besó.
- Ya son dos meses a tu lado mi amor, el tiempo se me escapa cuando estoy contigo.
Me dijo.
- Te quiero y te amo Sebastian.
Me beso de nuevo y nos empezamos a dar comida el uno al otro.
Después de que me lavase los dientes y el hiciese lo mismo, si, el tenía un poco de ropa aquí igual que Carol, y también un cepillo de dientes y cosas esenciales, igual que yo tenía cosas mías en su casa, porque eran muchas noches las que o yo me iba allí a dormir con el, o el y Carol llegaban a dormir aquí.
Bueno, que después de lavarme los dientes salimos de casa, y el me llevo con los ojos vendados a algún lugar.
Me bajó del coche y respire aire fresco, olor a playa y para mi suerte no hace mal tiempo.
- ¿Que hacemos aquí?
- Solo sigueme amor.
Me dio la mano y me llevo por un camino que por como escuche que sonaba como pasábamos era de madera, subíamos por una rampa creo.
