CAPÍTULO 10.

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Para cuando desperté Sebastian ya no estaba en la cama, debió de ser un sueño que se quedase a dormir aquí.

Me levanté y pasé de hacer mi rutina, estoy hecha mierda y lo de anoche me dejo el cuerpo frío.

Baje a la cocina pero escuche ruidos ahí. Fui sigilosa hasta ahí y me asomé

- Dios Sebastian... creía que habían entrado a robar en la casa.

Era Sebastian, asique no fue un sueño. Se giró y me sonrió. Esa sonrisa que cada vez me está gustando más, y casi que me asusta que me guste tanto.

- Buenos días Miller.

Me dijo tan sonriente.

- Buenos días Sebastian.

- ¿Cómo amaneciste después de lo de anoche?

- Ya estoy bien.

- Estupendo porque tenemos que hablar.

Porque tengo que ser tan bocazas.

- No se de que hay que hablar, yo solo quiero descansar.

Me senté en un taburete de la isla de la cocina y el lo hizo enfrente mía poniéndome dos tostada de jamón y queso con café.

- Gracias.

Le dije llevándome la tostada a la boca, la otra la tomo el y se hizo también un café y se volvió a sentar enfrente mía.

- Si hay que hablar.

- No, no creo.

- Yo creo que si.

- No hay nada de lo que tengamos de hablar, si no es por la escuela o por Carol.

- Si hay más aparte de eso.

Se levantó y rodeó la isla, se puso tras de mí y me susurró en el oído.

- ¿Qué es eso de... "creo que te quiero"?

Me puso los pelos de punta. Guarde silencio.

- Te tengo cariño, nada más.

Respondí.

- ¿Estas segura de que es solo eso y nada más?

- Hmm.

Asentí.

- ¿Y porque te has puesto nerviosa?

- No estoy nerviosa 

- Tu cuerpo me dice lo contrario.

Me susurró y se volvió a sentar frente a mi sonriendo. Yo solo agache la cabeza y seguí comiendo. Luego recordé que debo verme como una leñadora de la montaña y subí corriendo a cambiarme de ropa y peinarme.

Para cuando bajé Sebastian hablaba por teléfono lo tenía en altavoz.

- Si mi vida, estoy en casa de Eli.

- Entonces, ¿si va a ser tu novia?

- ¿Te gustaría?

- Eli me quiere mucho y yo a ella también y quiero que te quiera mucho a ti también para que pueda ser mi mama. ¿Tu la quieres papi?

- Ya te dije la otra noche, después de que almorzamos con ella y tú tita Jessica que si, si quiero a Elisabeth.

- Pero, si te haces novio de ella, ¿ya no me vas a querer a mi?

- Mi amor, tu eres lo que más quiero en todo el mundo, no hay nadie a quien quiera más que a ti.

- Vale papi, suerte con Eli y no te olvides de decirle que le quieres mucho mucho.

Profesor StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora