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Vince miró los labios del chico frente a él y se dijo que lo que estaba sintiendo era algo erróneo. Nunca se había sentido atraído hacia los hombres y había visto bailar a este muchacho hasta quedarse solo en ropa interior y no había tenido una erección. Pensándolo bien no era muy normal que le gustara ver bailar a un hombre ¿no? Cole mojó sus labios y lo miró con miedo, Vince se alejó y puso distancia entre ellos al instante. Esto era una locura, le había prometido que no lo atacaría sexualmente y estaba ahí pensando en besarlo. Vince estaba confundido, siempre había estado con mujeres ¿Acaso se había engañado siempre? ¿Se había convencido así mismo de que le gustaban las mujeres? ¿De qué era feliz con ellas?

— Debería irme — murmuró Cole poniéndose de pie.

— Lo siento, estaba pensando, no te vayas.

— Es tarde y yo necesito llegar a casa.

— Te llevaré — ofreció agarrando las llaves de su auto, Cole negó.

— No creo que haga falta.

— No deberías caminar a esta hora, te llevaré, así me quedaré más tranquilo.

— Vale — aceptó cogiendo su mochila y poniéndosela al hombro.

Vince cerró la puerta detrás suyo y le abrió la puerta del auto, Cole entró incómodamente, no estaba seguro si por estar en un lugar estrecho con él luego de lo que había pasado o por viajar en auto.

— ¿A dónde debería ir?

— Solo déjame a diez calles de aquí — Vince condujo un buen tramo y luego lo miró.

— ¿Caminas esto todos los días? ¿También vas caminando a la universidad?

— Si.

— Es bastante lejos.

— Estoy acostumbrado — dijo con un encogimiento de hombros, Vince se detuvo exactamente a las diez calles.

— ¿A dónde voy ahora?

— Déjame aquí, seguiré caminando — Cole salió del auto y cerró delicadamente, Vince no sabía cuál era la insistencia en que no supiera su dirección.

— Cole

— Estaré bien, no queda muy lejos — Vince suspiró al ver que Cole se quedó ahí esperando a que se fuera así que lo hizo.

Una vez en casa se tiró al sofá y miró al lugar donde había estado Cole anteriormente, tocó sus labios. Realmente había querido besarlo. Vince cerró los ojos e imaginó la escena, sus labios habían quedado a escasos centímetros, si solo hubiese movido la cabeza cinco centímetros sus labios se hubiesen tocado ¿Cómo se sentiría? ¿Le habría molestado? No, estaba seguro de que no. Vince deseaba saberlo, quería sentir los labios de ese chico contra los suyos ¿No debería estar entrando en pánico? No iba a negar que estaba asustado. 

— Pero aun así quiero saber — murmuró para sí mismo.

……

Cole suspiró viendo el auto de Vince en la distancia, se acurrucó en su ropa y comenzó a caminar. No quería que supiera su dirección, realmente no quería que viera la extremada pobreza en la que se encontraba. Caminó bastante hasta que un ruido lo hizo detenerse, era un claro y audible “Miau” Cole se mordió el labio y siguió caminando, rezando no volver a escucharlo, pero el inconfundible “Miau” volvió a escucharse. Se detuvo y giró la cabeza, un pequeño gato blanco lo miraba desde una caja. Dejó salir una maldición y se dispuso a ignorarlo, pero otro maullido lo hizo caminar hasta allí.

El pequeño gato cabía en la palma de su mano sin problema alguno, tenía unos ojos azules tan lindos que Cole se obligó a tragar. El pequeño maulló otra vez mirándolo, temblaba de frío, la caja en la que estaba no lo cubría del viento helado.

Fighter (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora