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Vince miró a Cole y se levantó, hacer un desayuno estaría bien, no creía que se asustara por ello. Ayer lo había hecho hablar y finalmente Cole había soltado un poco de su ansiedad. Bajó e hizo dos huevos para cada uno, dos rebanadas de pan y sacó el jugo de piña del refrigerador. Cole bajó vestido con su ropa de ayer y lo miró sorprendido.

— Si estabas esperando a alguien ¿Por qué no me has despertado? Pude irme antes — Vince no podía creer que tuviese tan poca autoestima como para pensar que el desayuno era para otra persona.

— Siéntate y come.

— Oh, no puedo, necesito irme — Vince lo miró con insistencia.

— Cole, serán sólo unos minutos.

— En serio, debo irme y yo jamás desayuno.

— Ven aquí — ordenó, Cole se sentó a la mesa y luego de morder un pedazo de huevo gimió.

— Está delicioso — murmuró Cole picando el huevo, Vince lo vio comer ¿Desde cuándo no se alimentaba que podía decir que un simple huevo estaba delicioso? Cole mordió el pan y sus ojos brillaron, ocho minutos más y no había nada sobre su plato.

— ¿A dónde irás?

— Necesito trabajar.

— Cole… — el chico lo interrumpió.

— También debo ir al hospital para que empiecen el tratamiento de inmediato.

— Está bien, regresarás esta noche ¿verdad?

— Si, tenemos un acuerdo — dijo tomando el jugo, Vince suspiró.

— Si te parece desagradable no tienes que hacerlo, puedes pagarme el dinero cuando puedas.

— ¿Por qué me parecerías desagradable?

— No podemos engañarnos, somos hombres, si no quieres…

— Anoche tuve una erección mientras me tocabas, eso debería despejar todas tus dudas, ahora debo irme — murmuró poniéndose de pie, Vince se asustó cuando lo vio agarrarse de la silla, en cuestione de segundos lo tomó de la cintura — Yo… ¿Qué? — murmuró Cole tocándose debajo de la nariz, Vince tomó dos pañuelos desechables de la cocina y se los tendió para que se limpiara la sangre.

— ¿Cómo te sientes?

— Estoy bien, no sé por qué paso esto — murmuró arrojando las servilletas a la papelera — Nos vemos más tarde Vince.

Vince negó, Cole estaba peor de lo que pensaba, tenía demasiado estrés, demasiado trabajo y por lo que había visto poca alimentación. Resumiendo, su estado no era bueno.

Vince llamó a su entrenador personal y amigo, al que había plantado anoche, probablemente Javier lo ignorara por ni siquiera haberlo llamado para justificarse. Para su sorpresa no lo ignoró y dijo que estaría ahí en diez minutos, Vince se preparó, se colocó ropa ligera y zapatillas de deporte, luego comenzó a estirarse, Javier pasó directo al gimnasio a través de la puerta trasera y lo miró extraño.

— Ahora puedes excusarte mientras realizas tu calentamiento — Javier le tiró una cuerda, Vince comenzó a saltar, era difícil concentrarse en justificarse y hacer los juegos de pies a la vez, Javier lo sabía y se paró frente a él de brazos de cruzados.

— Anoche tuve un inconveniente.

— Explica — murmuró viendo los saltos, Vince era un experto en esto no se equivocaría ni en un millón de años.

— Me encontré con alguien conocido.

— ¿Ex-novia?

Javier frunció el ceño, sabía de su ex, también que no quería saber de ella o el imbécil de Luc. Ambos podían irse al infierno.

Fighter (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora