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Vince miró al chico frente a él ejecutar los movimientos de baile acordes a la música, Cole se quitó los guantes de cuero mordiéndolos por la punta de los dedos y Vince no pudo zafarse de su incomodidad. Era extraño. Había estado bien todo el día, sólo fue ver a este chico y sentirse de esta forma, inconscientemente miró la botella de Vodka sobre la repisa. Tenía que tener al menos un trago o no podría seguir viendo. Se pudo en pie y sirvió un trago en un vaso ancho, Cole se detuvo apoyando las manos en la silla.

— ¿Qué pasa contigo? — preguntó, Vince volvió al sofá y cruzó las piernas.

— Nada, solo necesito un trago — Cole frunció el ceño mirándolo.

— Eres un deportista, no se supone…

— Cole, solo baila y olvídate de lo que hago — Cole lo miró de mala gana, pero de todas formas siguió con su rutina, dejó la chaqueta sobre la silla, esta vez el traje consistía en un atuendo de chico rudo, botas altas, pantalón de cuero, camiseta y una chaqueta, también había que destacar el delineador con el que había resaltado el verde de sus ojos.

Cole apoyó un pie en la silla y bajó el cierre de una bota, luego hizo lo mismo con la otra, Vince nunca pensó que alguien podría verse bien sacándose un par de botas. El chico movió las caderas en un movimiento lento y rajó su camiseta, Vince no pudo esconder su sorpresa, no se suponía que esto pasara. Los músculos de Cole brillaban con la luz artificial, cada músculo bien trabajado se ondeaba de forma encantadora. Miró su pantalón y luego el trago que había tomado, esa mierda debía estar adulterada porque no había manera en el infierno de que tuviera una erección. Estaba acostumbrado a ver a este niño quitarse la ropa y nunca había reaccionado así, dejó el vaso sobre la mesilla frente a él y suspiró.

¿De qué se sorprendía? 

Apenas hacía unos dos días había intentado besarlo, de hecho, aun quería hacerlo, Vince solo pensaba en ponerse de pie, agarrar a ese chico del pelo y tomar sus finos labios. Realmente quería saber que se sentiría besar a un hombre, tocarlo ¿se asustaría una vez lo hiciera? Vince se mordió los labios, si lo estaba pensando con tanta intensidad no podría asustarse, una vez probara los labios de este chico no habría vuelta atrás, estaba seguro de que querría mucho más que saber a qué sabría su boca ¿Cómo se sentiría tocar un pecho duro y musculoso, un abdomen cincelado? Escondió el rostro en sus manos y la música se detuvo, Vince no miró, sabía que Cole lo había apagado.

— ¿Qué pasa hoy contigo?

— ¿Debería decirte? — murmuró luego de mirarlo, Cole arrugó la frente.

— ¿Por qué no? — preguntó apoyando los brazos sobre el espaldar de la silla, Vince no pudo evitar fijarse en sus bíceps flexionados o el pecho abultado, su cerebro se hizo papilla.

— Ayer dijiste…

— No voy a disculparme por lo que dije, yo tengo la razón — repitió obstinadamente, Vince se encogió de hombros y tomó el vaso otra vez, por suerte su pierna cruzada a nivel del tobillo mantenía su reacción del baile escondida de Cole.

— Vale.

— ¿Qué? ¿Solo dirás eso?

— ¿Qué quieres que diga? — preguntó, Cole se veía confundido con su actitud — Está bien que nuestra relación solo sea de jefe y empleado.

— Puedes decirme lo que te molesta, no me importa escucharte.

— No, darte ese trato quiere decir que debería recibir el mismo — El bailarín endureció la mirada, sus manos se apretaron en puños.

— No puedes obligarme a hablar.

— No lo hago, solo digo que mantendremos la misma relación de los primeros días.

Fighter (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora