Capítulo 7: Little Room

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Después de salir del piso de Potter, Regulus volvió a su forma de animago y él y James se aparecieron inmediatamente hacia el Londres muggle, donde se encontraba el supuesto lugar secreto de Regulus, pero no antes de que James recibiera algunas instrucciones. Regulus le advirtió a James que, aunque no valía mucho para los mortífagos, ya que no era más que un soldado de baja categoría que esperaban que muriera pronto de todos modos, había algunas personas que posiblemente lo estarían buscando y que, para estar seguro, James debería usar su capa de invisibilidad, ya que estaba tan ansioso por seguirlo. Que si por alguna razón eran descubiertos, James debería hechizarlo inmediatamente y aparecerse.

Potter se sorprendió de cómo muchos de sus secretos parecían ser del conocimiento del menor de los Black.

-Ya que sabías lo de la capa podríamos haberla usado los dos-. Se quejó James. Regulus se dio cuenta de que no había mencionado la capa antes, y aunque estaba claro que Potter confiaba en él lo suficiente como para tener a Regulus en su casa, no estaba dispuesto a soltar todos sus secretos todavía. Eso hizo que Regulus se molestara un poco, para ser sincero. Pero no hizo más que acrecentar el ya ardiente fuego que ardía en su interior. Una llama que lo impulsaba a corregir sus errores. Hacer que su vida valiera algo.

-No podríamos caber juntos dentro de esta capa-. Respondió Regulus, negando con la cabeza, lo que le valió una mirada de James.

Técnicamente, podrían -(lo que James obviamente sabía)-, Regulus no era precisamente alto y la capa era bastante grande. Pero Regulus apenas podía funcionar estando a la distancia del brazo de James. Definitivamente, perdería demasiada concentración si se acurrucaban juntos, invisibles, bajo la capa. Y era crucial que el ex-slytherin mantuviera la concentración. Y su frialdad. Así que su forma de animago era realmente la mejor opción y pronto James se encontró siguiendo a un pequeño gato negro por las calles de Londres.

Las piernas más pequeñas de Regulus deberían significar que no sería tan rápido como James, pero de alguna manera no sólo lo era, ya que James se estaba quedando atrás. Y, por supuesto, tras descubrir el secreto de Regulus, James no podía dejarlo pasar.

Y aunque era muy consciente de que las personas no pueden hablar en su forma de animago, siguió haciendo preguntas al gato. ¿Cuál fue la reacción de Regulus cuando descubrió que podía convertirse en gato? ¿Le pareció divertidísimo? James personalmente lo pensó, ya que Sirius era un perro. La gente cree que los polos opuestos son compatibles, pero en realidad sólo se vuelven locos el uno al otro. ¿Utilizó alguna vez su forma de animago para espiarlos? ¿Alguien más lo sabía? ¿Cómo se las arreglaba para ocultar esto a todos los demás? Al fin y al cabo, una de las cosas que había que hacer para convertirse en animago era sostener una hoja de mandrágora bajo la lengua durante todo un mes, ¡y Sirius seguro que lo habría notado!.

Regulus puso los ojos en blanco, pues para ser una persona sociable, Potter podía ser increíblemente denso a veces. Durante el primer año de Regulus, él y Sirius apenas se hablaban, Sirius apenas le miraba para ser exactos. El hermano menor podría haberle puesto el pelo azul y no sería suficiente para llamar su atención. ¿Pero por qué iba a molestarse Sirius de todos modos? Cuando tenía a alguien como James Potter como su mejor amigo.

-Te ves adorable-.

El gato, por supuesto, lo ignoró.

-¿Alguna vez te encontraste con McGonagall y hicieron cosas de gatos juntos?-.

El silencio se mantuvo.

-¿En serio nunca te sentiste tentado a cagar en grande...-

El gato lo mordió.

-¡Oye!- James estaba tan enfrascado en su balbuceo que no se dio cuenta cuando llegaron al lugar indicado. Un pequeño conjunto de apartamentos amarillos al lado de una tienda de dulces. Definitivamente no parecía sospechoso. Pero, de nuevo, si lo fuera, no sería un buen escondite después de todo.

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