-James, ¿qué coño estás haciendo aquí?-.
Era raro, normalmente ocurría lo contrario, pero a veces James se encontraba con que Sirius le gritaba por algo potencialmente estúpido que había hecho.
Sirius entró como un huracán, varita en mano, cerrando la puerta con un fuerte golpe y marchando hacia James con la furia parpadeando en sus ojos. Llevaba exactamente el mismo uniforme que James, que lo identificaba como parte de la clase B de entrenamiento de aurores. Y Potter imaginó que no estaba satisfecho de encontrar un apartamento vacío y a James por ninguna parte.
Y para ser sincero, James lo entendía. Al fin y al cabo, estaban en una guerra, y las desapariciones repentinas sin explicación no se apreciaban y podían causar pánico. Definitivamente, se preocuparía mucho si Sirius, Remus o Peter no aparecieran por casualidad en algún lugar en el que debieran estar. Y James era especialmente cuidadoso, considerado, siempre avisaba a alguien o dejaba una nota, incluso para las cosas más pequeñas. Así era James. Así que, por supuesto, la ausencia de ambos sería sospechosa.
Y Sirius ya estaba en alerta máxima, debido a lo ocurrido con los MacKinnon el mes pasado...
Entonces, sí, tenía sentido que Padfoot estuviera cabreado de cojones.
-Sabes lo preocupados que estábamos cuando no te presentaste al entrenamiento, ¿eh?-.
James trató de calmar la situación.
-¡Lo siento, Padfoot! Puedo explicar...-
-¡Prongs, creí que te estabas muriendo en alguna zanja!-.
-Sirius, por favor, baja la voz-.
Y entonces las cosas empeoraron.
'Sirius' finalmente pareció darse cuenta de que el pequeño usaba a su amigo como apoyo. Sus ojos se volvieron increíblemente salvajes.
-¡¿Es ese Regulus?!-.
-Sirius...-
-¡Prongs, qué haces lejos de casa con un mortífago!- Preguntó, con la varita apuntando al ex-slytherin.
Regulus no se lo diría a nadie, pero la forma en que Sirius lo miró, por primera vez en meses , tras concluir que lo más probable es que estuviera muerto y minimizar su existencia a un simple mortífago cualquiera, dolió profundamente.
Ni su hermano, ni siquiera Regulus.
Simplemente, ¿qué haces aquí con este mortífago? La varita le apuntó.
Cuando Sirius se agitaba, era como una catástrofe natural, implacable e imparable, normalmente sin ser consciente del grado de daño que estaba causando.
Y las cosas empeoraron aún más cuando Sirius se fijó en las sábanas manchadas de sangre y, antes de que James pudiera decir nada y de que cualquiera de ellos tuviera tiempo de reaccionar a todo lo que se estaba diciendo, Sirius agarró a Regulus por el brazo con la mano libre y lo apartó violentamente del lado de James.
-¡Tú! ¡Aléjate de él!-.
Regulus ya se sentía debilitado, su cuerpo estaba débil, recuperándose de las heridas, de la pérdida de sangre y de quién sabe qué más había pasado, así que fue fácil para su hermano arrastrarlo fuera del apoyo de James. Desgraciadamente, Sirius le agarró por el brazo recién cosido y por mucho que le golpeara el orgullo, el menor no pudo evitar gritar.
-¡Suéltame el brazo!- gritó Regulus mientras un dolor caliente le recorría las venas. Intentó zafarse del agresivo e insistente agarre de su hermano, pero por más que arañara desesperadamente la piel de las manos y los brazos de Sirius o se apartara, el mayor de los Black era irreductible y su férreo agarre permanecía. Miró directamente a los ojos plateados de Regulus -(una copia casi perfecta de los suyos)- y se aferró aún más haciendo que el más joven soltara un grito estrangulado y le temblaran las rodillas, ardiendo la sensible piel de sus heridas apenas cicatrizadas.
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TO LOVE IS A GIFT
FanfictionEstaba temblando, sangrando y asustado. Había una mirada ligeramente aturdida en sus ojos, como si estuviera drogado, y parecía como si lo hubieran agredido. Entre las lesiones que James pudo identificar, su brazo derecho fue el que más llamó la ate...