Mientras Regulus salía del salón, podía oír los pasos de James detrás de él. Regulus podía sentir el dolor, necesitaba acostarse o su cuerpo pronto lo obligaría a hacerlo contra su voluntad. Probablemente tenía algunas costillas rotas, definitivamente alguna hemorragia interna... Pero podría ocuparse de ello más tarde, ahora mismo Regulus realmente necesitaba apoyar la cabeza en algo blando e intentar ignorar el dolor de cabeza que le ardía en las sienes.
-¡Regulus, por favor, tienes que soportarlo!- suplicó James cuando Regulus llegó al pasillo.
Regulus se detuvo un momento, antes de volverse hacia James, con los ojos apáticos y la cara con la misma expresión que tenía durante el colegio, una cara que decía "no te acerques". Se acercó cojeando, acercándose a James. Estaban a sólo unos centímetros de distancia cuando Regulus habló.
-¿Por qué?- Preguntó. El porte tranquilo enmascaraba la rabia que llovía en su interior. La voz de Regulus era controlada, contenida. -¿Por qué debería hacerlo?- Volvió a preguntar, mirando con sus pálidos orbes a James como si tuviera una genuina curiosidad por el asunto.
Al parecer, James no esperaba que preguntara eso, porque no salió nada de su boca. Potter sólo miró a Regulus, triste, confuso y cansado. Así que Regulus continuó.
-¿Porque ha sufrido? ¿Porque sufre? Pues adivina qué, yo también lo hice. Yo también-. Las palabras goteaban de su boca como si Regulus hubiera intentado contenerlas durante mucho tiempo y ahora, por fin, no pudiera más, se desbordaban de su corazón, como una tos que no pudiera contener más después de que su garganta se rascara durante un tiempo realmente prolongado. -Pero por alguna razón no me dan una palmadita en la cabeza cuando lo hago mal-. Los ojos de James no se van a ninguna parte, mantiene su mirada en Regulus, casi hipnotizada, incluso cuando su expresión pasa de preocupada a increíblemente triste. Regulus se aparta de él porque por alguna razón le duele aún más ver esa mirada en él.
-Lo que entiendo- Procede el ex-slytherin con voz ronca es -Regulus, deberías haberlo sabido; Regulus sé que sólo tenías 10 años, y que nunca habías estado expuesto a otra forma de vida pero cuando tu hermano llegó a casa aquel verano diciéndote que todo lo que habías aprendido estaba mal deberías haberlo aceptado sin más, eres un cobarde; Regulus, a pesar de que no tenías un lugar al que ir ni nadie a quien acudir, deberías haberte rebelado explícitamente contra nuestros padres, eres débil; Regulus, veo que no fuiste capaz de convertirte en mí, siempre fuiste demasiado blando de todos modos- Regulus estaba básicamente escupiendo las palabras ahora, de espaldas al ex-gryffindor, incapaz de enfrentarse a él, dejó escapar una risa seca. -¡Encuentro una forma de destruir a Voldemort, huyo de los mortífagos y casi muero y no es suficiente para él! ¿No crees que eso duele?-.
Regulus quería llorar, pero no podía, llevaba tanto tiempo evitándolo, intentando atrapar sus sentimientos en su interior desde que tenía uso de razón, porque llorar era débil y mostrar debilidad significaba la muerte, que no podía simplemente apagarlo así. Regulus no podía llorar, no podía sollozar a través del hombro de James, no sabía cómo. Las lágrimas no caían, se le cerraba la garganta, las palabras se le atragantaron por dentro, pero no lloraba.
James le puso una mano en el hombro, lo hizo girar de nuevo. -Sé que te ha dolido-. Dijo suavemente. -Realmente no debería haber dicho eso. Lo siento por él-.
-¡No lo sientas, James!- le gritó Regulus. -¡Enfádate! No lo justifiques por él-.
Sí, estar enfadado era mejor, estar enfadado era más fácil. Sabía cómo enfadarse. Sabía cómo utilizar su ira, era la única forma en que Regulus había aprendido a exteriorizar sus sentimientos.
-No lo decía en serio-. Dijo James, con paciencia. -Sirius...- Suspiró -Dice estupideces cuando pierde los nervios, pero son solo eso, estupideces-. Recalcó Potter, con la mirada fija en Regulus. -Realmente no se cree ni una palabra de lo que dice-. Regulus negó con la cabeza.
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TO LOVE IS A GIFT
FanficEstaba temblando, sangrando y asustado. Había una mirada ligeramente aturdida en sus ojos, como si estuviera drogado, y parecía como si lo hubieran agredido. Entre las lesiones que James pudo identificar, su brazo derecho fue el que más llamó la ate...