9. Ademas de Mafioso, es un demonio

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Al abrir sus ojos solo vio una pared color gris, con una tenue luz sobre el miro a su alrededor. Aun no tenia muy claro que es lo que haría pero solo estará unos días en esta estación de policías, al menos suponía que estaba en un lugar como ese de alta seguridad.

Yuuri entro al cuarto, apenas se alcanzaba a ver el vendaje en su cuello pues el uniforme negro de encubierto lo cubría, habían decidido interrogarlo en este mismo instante en que llegaron y no hubo el tiempo suficiente para nada mas que curar las heridas de los demás policías y encarcelar a los hombres que eran parte tanto del grupo Nikiforov y Leroy, para después también interrogarlos a ellos.

Pero en este momento lo principal era Victor Nikiforov, el pelinegro analizo la situación que vivió junto a Pichit, y le estaba comenzando a creer lo que el había dicho sobre el peliplateado, en especial en ese momento cuando el no podía moverse por mas que quisiera mientras que el mafioso se reía de el.

En verdad trataba de encontrar una razón mas lógica a el porque su cuerpo quedo completamente inmóvil hace unas horas, y esos cristales que el moreno había encontrado hace unos días también estaban en la ultima persecución que tuvieron con el grupo Nikiforov, justo cuando Victor había desaparecido a través de esa ventana. Dudaba mucho en si preguntarle eso, tampoco es como si pudiese hablar demasiado pues también estaba de encubierto, agregándole que aun no ha recibido ninguna orden sobre revelar su verdadera identidad al peliplateado.

Lo que diría aquí se mantendría en total secreto, Pichit era quien estaba detrás de la ventana y le explico detalladamente lo que harían, desactivaron la cámara y detuvieron las grabaciones que se hacían en la sala de interrogación. 

-Victor Nikiforov- le dirigió la palabra el pelinegro, fue nombrando cada delito que había cometido, desde los mas pequeños hasta los mas graves.

-Dime quien eres- demando el peliplateado luego de ignorar cada palabra dicha por el policía, este se acerco aun mas hasta revelar su rostro a la luz, en su uniforme viéndose su nombre.

-Yuuri Katsuki- leyó el mas alto, lentamente dirigió su mirada hasta encontrarse con los ojos avellanas del otro- ni te conozco- hablo en un tono algo infantil y miro hacia otro lado, pero se fijo en lo que había en el cuello del japones- Ohh, eres el de hace rato- una sonrisa se formo en su rostro al decir eso- debo decirlo, eres bastante guapo Yuuri

Y un golpe fue directo hacia la nariz del peliplateado, la sangre derramándose de nuevo. Yuuri sabia perfectamente que no eran necesarios los golpes pero en verdad que lo harto con esas miraditas y sonrisas que tenia el arrogante de Nikiforov,  aun con eso Victor solo le sonrió. El pelinegro en verdad era alguien que se irritaba con facilidad ante cualquier cosa que fuese dirigida hacia su persona, y en especial si un halago venia de parte de el supuesto demonio.

-¿Eres un demonio?- dijo sin pensarlo mas, necesitaba sacarse todas esas imágenes que se formaban en su cabeza, ni en sus sueños mas locos pensó que preguntaría eso.

-Puede que si, puede que no- hablo aun con la sangre escurriendo hasta llegar a su camisa blanca- eso depende de ti.

El japones soltó un largo suspiro, tragándose las ganas de golpearlo otra vez, instintivamente llevo su cabello hacia atrás pero no completamente. Y Victor no seria capaz de reconocerlo sin el maquillaje, su cara estaba mas dañada de lo que pensaba, ojeras, manchas y cicatrices eran lo que cubrían su rostro.

El peliplateado le encontró cierto parecido a Eros, pero esa idea se esfumo de su cabeza rápidamente, este hombre frente a el era guapo, no lo negaba pero su personalidad era muy diferente, este solo golpeaba y tenia sus cejas bastante fruncidas por el enojo, una cicatriz que iba desde su mejilla hasta llegar a su cuello, y nunca se había fijado en una cicatriz como esa sobre el cuerpo de Eros.

-Ya me canse- chasqueo sus dedos, y las cadenas cayeron sobre el frio piso, Pichit y Yuuri quedándose inmovilizados debido a los poderes del ojiazul, la luz que colgaba del techo se encendía y apagaba a cada segundo que pasaba. 

-Pensaba quedarme unos días por aquí, pero no tolerare mas tus golpes- hablo con una voz mas demandante de lo normal, revelando parte de su apariencia al pelinegro, sus ojos cambiando de color, la forma de sus dientes y orejas siendo mas puntiagudas a la vista, Yuuri abrió sus ojos con sorpresa e intento moverme.

-No puedes, yo te estoy controlando- dijo recalcando el "yo", elevo su brazo derecho y movió su dedo hacia un lado, en el mismo instante en que lo hizo el cuerpo del mas bajo se movió a la otra dirección. Chasqueo sus dedos y el pelinegro pudo tener movilidad en su rostro, el peliplateado solo lo miraba con una sonrisa.

-¿Como es que tu...?- sus ojos se fijaron en cada rasgo que cambio en el cuerpo del ahora demonio, todo tenia mucho mas sentido ahora, pero unas dudas inmensas comenzaron a crearse dentro de su mente,¿que tal si el leía su mente?, en el peor de los casos descubriría que era Eros.

Intento pensar con la cabeza fría, no podía dejar que se escapara, todos los policías estuvieron buscándolo e investigándolo por meses, no podía irse ahora que finalmente estaba aquí. Miro a su alrededor, el mismo había pedido que nadie mas se acercara a Nikiforov, este ultimo no tenia la mínima intención de dejarlo ir así como así.

Pero Victor tampoco sabia que hacer, el policía le podía ser útil si lo usaba a su antojo, estaba seguro que ese pelinegro tiene mucha información, tomo las esposas que había dejado caer al suelo y se las puso al mas bajo, y puede que agregándole una pequeña maldición demoniaca para que no fuera capaz de soltarse.

-Ven aquí- hablo y tomo a Yuuri, dejándolo acostado sobre su hombro como un saco de papas cualquiera, rebusco entre los bolsillos del japones y desactivo todo lo que pudiera servir para rastrearlos- ni si te ocurra moverte o morirás.

El cuerpo del azabache aun estaba inmóvil, después de todo siempre encontraría la manera de escapar exitosamente, pero ahora que estaba siendo secuestrado por un demonio, su vida como humano era mucho mas frágil que en cualquier otra situación que haya pasado antes.

Ojala que Pichit sepa que hacer ahora, muy en el fondo Yuuri solo confiaba en el, aunque rara vez le diera alguna sonrisa o le hablara de temas personales, dejaba parte de su vida sobre el moreno.

Después de todo el tenia razón, Victor Nikiforov, ademas de ser mafioso era un demonio. Todo a su alrededor se comenzó a mover y desfigurar, hasta que aparecieron en un lugar completamente distinto, ni siquiera lo reconocía y aun así su mente le decía que estaban en la casa principal del grupo Nikiforov.

Puede que su secuestro le traiga algunas ventajas.









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