8. Plan sorpresa

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Al llegar lo primero que alcanzo fue ver a Victor salir del auto casi corriendo, dirigiéndose hacia los arboles en el palacio, busco su transmisor y hablo a través de el para comunicar a los demás oficiales que ya estaban rodeando el lugar en silencio.

Ya tenia su arma en mano y comenzó a caminar detrás del peliplateado, estuvo así por mas de cinco minutos hasta que de repente se escucharon unos disparos cerca, volteo a mirar a todos los lados que podrían ser vulnerables para el y de la nada, una mano fue rodeando su cuello lentamente.

Su corazón latido con rapidez e inmediatamente dirigió el arma hacia el cuerpo de la persona detrás, pero su propio cuerpo no respondió a lo que le mandaba, como si alguien lo estuviese controlando por completo.

-Pero que es lo que tenemos aquí, un oficial de policía- reconoció la voz de Nikiforov, con que así era la verdadera actitud de ese mafioso, este se movió de lugar para mirarlo fijamente a los ojos, sintió una sensación extraña cuando pensó en que podría reconocerlo pero recordó como era su apariencia, ojeras marcadas bajo sus ojos, su cabello ahora estaba revuelto y tapaba parte de su frente, el maquillaje estaba todo corrido y apenas quedaban rastros de que hubiese estado en su cara.

-Ese lindo rojo en tus labios me recuerda a alguien- dijo y se mantuvo en silencio por unos minutos antes de volver a hablar- ¿quieres que te libere?, en verdad es muy entretenido hacer esto con los humanos- sonrió de forma perverso y su rostro fue cambiando con los segundos que pasaban. Sus ojos cambiaron a los de su verdadera forma, sus orejas se hicieron algo puntiagudas en las puntas y sus dientes se vieron filosos al sonreír,  su uña se volvió filosa también y la paso desde el mentón hasta llegar a su manzana de adán, la sangre fresca corriendo por todo su cuello y ardiendo a los segundos por el aire que lo golpeaba.

Soltó un jadeo de dolor, por mas que intentara moverse era imposible,  y no encontraba una razón lógica para esta extraña situación que se estaba volviendo demasiado estresante e irritable. Unos pasos de alguien corriendo se escucho desde lo lejos, y un disparo fue dirigido hacia el brazo del peliplateado, Yuuri pudo moverse finalmente y también dio un disparo directo hacia el pecho del mas alto, sin decir ni una palabra o demostrar una expresión, el pelinegro corrió hacia el oficial, dándose cuenta que ese era Pichit.

Esperaban que Nikiforov se debilitara al menos un poco, pero ambos miraron sorprendidos como las balas cayeron al piso y no había nada de sangre salpicada en el traje gris que traía o en el verde pasto bajo sus pies.

No le había pasado nada.

-Debieron haberlo pensado mejor- estuvo a punto de reaparecer detrás de ellos con un solo chasquido de sus dedos pero un grito se escucho desde lo lejos, este proviniendo del mismo  chico rubia que había visto hace tan solo unas horas.

-¡Victor idiota¡- le reclamo con un tono enojado, sus cejas y facciones marcadas lo demostraban- tu estúpido hijo de...- esa boca fue tapada por las manos del ojiazul, ambos yéndose entre reclamos y groserías.

Yuuri y Pichit se miraron el uno al otro, hasta que el japones recordó la herida en su cuello pero en vez de curar la herida, comenzó a seguir a los dos delincuentes.

-El en verdad es terco- hablo en un suspiro e hizo los mismos movimientos que su amigo, igual los refuerzos ya estaban esperando por una confirmación y así atacar al grupo Nikiforov.

Continuaron corriendo por varios minutos entre los largos arboles, a momentos se encontraban con reclutas del peliplateado pero con solo unos disparos y golpes los dejaban en el piso bastante heridos, Yuuri miro hacia adelante para encontrarse al peliplateado frente a un hombre de cabello negro, todos estaban divididos entre ser del grupo Nikiforov o del otro.

-Ahora- dijo a través del artefacto entre sus manos, de repente los policías salieron de entre medio de arboles y monumentos del lugar, intentaban atrapar a quien estuviese a su alcance y no tratar de matarlos de una vez, pero eso se hacia bastante difícil cuando los del bando contrario solo les disparaban sin pensarlo mucho en esa vida o no.

Es probable que su propio cuerpo se viera bastante delicado y delgado, pero eso es lo que ropa le hacia ver a los demás, ya desde hace unos años que llevaba entrenando como policía y había terminado siendo uno de los mas fuertes del grupo en el que había estado cuando era mas joven. Y por esa misma razón su carácter era como era aquí en el presente, todos trataban de atacarlo a el, ya sea con golpes o con dispararle, pero el pelinegro era mas rápido, corriendo hacia su atacante para golpearlos con un golpe certero y dejándolo a su compañero para que los esposara.

Victor esperaba que algo como esto sucediera cuando se topo con ese policía, pero continuaba sin encontrar una respuesta a como esa información había llegado hasta los policías, los únicos que sabían eran sus propios reclutas que tenia, o a menos que alguien haya filtrado esa información. 

-¡Maten a los del grupo Leroy¡- grito de una manera que todos se dirigieron a mirarlo, las personas vestidas de negros dejaron de atacar a los policías y se fueron en contra de los Leroy, Yuuri se arriesgo demasiado cuando corrió directamente hacia Nikiforov y con su pistola le dio un golpe en la cabeza, Victor ni se inmuto con el golpe, tan solo tomo entre sus manos las ropas del policía y lo elevo.

Se quedaron mirando, Yuuri con un rostro lleno de confusión y un marcado ceño fruncido, mientras que Victor solo contenía toda su ira con una sonrisa siniestre.

-No se como es que llegaron aquí, pero juro que si uno de ustedes esta infiltrado entre mis tropas no dudare en matarlo en cuanto lo vea- hablo hacia el pelinegro, este fijándose en como los ojos del mas alto en verdad cambiaban de color.

-¿Victor?- pregunto desconcertado por lo que estaba viendo, eso no era ninguna ilusión o problema de visión, no había manera de que lo fuera.

Victor se le quedo mirando, como si ya hubiese escuchado esa familiar voz y se fijo en esos ojos avellanas, como si dentro de ellos se lograra ver un color algo rojizo. Las cosas estaban comenzando a conectar dentro de su cabeza pero todo pensamiento razonable fue interrumpido por un golpe en su nariz, la sangre fue escurriendo lentamente hasta llegar a su boca y continuar el camino hasta su mentón,  el demonio lo soltó y así haciendo que soltara al pelinegro y este esposara a Nikiforov.

Una idea loca se cruzo por la cabeza de Victor, sus poderes eran inigualables y nadie mas que otro demonio podía dejarlo algún tipo de daño, le importaba toda la organización que había formado en los últimos años y por esa misma razón es porque se dejo atrapar. Podía teletransportarse en cualquier momento y dejar una ilusión de su cuerpo, miro desde lo lejos a Yuri, le sonrió y desapareció junto al policía.

-¡Vámonos!- grito el rubio y también desapareció entre los arboles- maldito anciano...- insulto al peliplateado y se dirigió hacia la casa principal.

Victor jamas se había dejado atrapar, y esperaba que haya sido por una buena razón.








A Good Taste [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora