15. Equipo

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Terminar los tratos con personas demasiado influyentes nunca fue fácil, pero por ese policía, lo haría.

Ni el mismo estaba seguro de porque lo hacia, después de todo, Yuuri solo era un policía mas que quería seguir y conseguir la justicia en el mundo. Le agradaba de una manera que no podría describirlo con simples palabras, aun cuando antes los dos se habían golpeado el uno al otro, luego tranquilidad y de nuevo golpes, aunque claro que en todo aquello había una razón.

En algún momento esos grupos irían desapareciendo y el simplemente quedaría sin un trabajo, no era para nada necesario en su vida como demonio pero la mafia al menos le había dado diversión por varios años, algo en lo que era bueno y podía hacer con total libertad, jugar con la vida de los humanos, causar siempre corrupción en su ser mas interno y dejarlos con ganas de mas.

Parecía que todo eso había terminado, no podía negarse ante la propuesta que Yuuri le había hecho, era aceptarla y dejar de lado la diversión, o utilizar a Yuuri en sus propios beneficios, y ese proceso no era para nada agradable con las consecuencias que podría traer. Tampoco es como si quisiera obligar al pelinegro a hacer algo tan importante en su contra, con razón siempre lo habían tratado de manera diferente cuando llego al infierno, el siempre lo ha sido y recién ahora se viene a dar cuenta.

Levanto la mirada de su escritorio y vio al japones vestido de manera mas casual, ninguno le ocultaba secreto a los otros y ya había pasado una semana desde que hicieron aquel acuerdo, las cosas entre los dos habían estado tranquilas  y rara vez se hablaban por algo que no estuviese relacionado a los términos que habían propuesto.

Desabrocho un poco su camisa y apoyo su cabeza sobre sus propias manos, todo era leer papeles y documentos sin parar, que ya lo estaba aburriendo y cansando demasiado.

-Ya no puedo con esto- y escondió su cabeza por completo en el escritorio, sintiendo el frio material contra su rostro, de reojo observo como el pelinegro solo lo miraba de manera inexpresiva, después de todos sus intentos, parecía ser que Yuuri no tenia ningún interés en el y entendía por completo el porque.

Poco a poco su cuerpo se fue relajando y callo dormido sobre el duro escritorio, mientras que el pelinegro aun continuaba revisando los documento e información que Victor le había entregado.

-Nikiforov, aquí no hay nada que sirva para...- su voz se detuvo, el nombrado se había quedado dormido, se acerco a pasos lentos y se sorprendió un pco al ver la apariencia del demonio.

En sus mejillas habían pequeños cristales de colores blancos y plateado, las palmas de sus manos picaron por tocarlos pero se contuvo a si mismo y solo se dedico a observar, sus orejas se volvieron un poco mas largas y puntiagudas, sus dientes eran mas filosos de lo normal, sus uñas también y estaba seguro de que si Victor abría sus ojos, se encontraría con un color cristalino en ellos. 

Durante todo estos días ha mantenido sus emociones al margen, Victor podía llegar a ser muy molesto algunas veces, se había dado cuenta de todos los intentos que hizo para llamar su atención pero el pelinegro solo lo ignoraba. En un principio pensó que el mafioso muy en el fondo tenia a su verdadero ser escondido, ahora después de todos los sucesos ocurridos, la esperanza de que tuviesen al menos algo en común se había desvanecido.

Jamas ha sido bueno para relacionarse con los demás, en especial con la actitud que tenia, al final terminaba el mismo alejando a todos que en algún momento dejo de importarle la opinión de los otros, su semblante fue cambiando a uno mas duro con el pasar de los segundos hasta que se suavizo por el toque del peliplateado.

Victor estaba despierto, y jamas pensó que un demonio pudiese llegar a verse de tal manera.

Ambos se miraron directamente a los ojos, el mas alto aun seguía un poco adormilado y desorientado que llego a pensar que estaba soñando, sus yemas acariciaron la suave piel debajo y se quedo haciendo eso por uno minutos, ninguno de los dos parecía querer moverse o interrumpir el momento.

"Solo te esta usando" 

Esa oración resonó dentro de la cabeza de Yuuri, como un pensamiento momentáneo.

"Yo también lo hago"

Fue lo que respondió, solo era la verdad, los dos se estaban usando el uno al otro, el acuerdo tenia sus ventajas y desventajas.

-Sigues siendo precioso- dijo mientras acariciaba su mejilla con cuidado y suavidad, aparecieron mas cristales sobre sus mejillas al decir eso.

El pelinegro no sabia como reaccionar, ni que decir o hacer, su mente quedo en blanco y no podía lograr pensar correctamente, se movió cuando Victor solo le sonrió y salio de la oficina donde estaban trabajando.

Dentro de el todo era un desastre andante, como si pequeñas personas corrieran de un lugar a otro en busca de una razón lógica para lo que estaba sintiendo, se había prometido a si mismo a buscar la justicia y el bien, pero el costo era demasiado alto.

No podía sentir nada mas que odio hacia ese delincuente y demonio, quería ignorar el fuerte latir de su corazón al estar tan cerca del mas alto y en especial cuando toco su rostro, un golpe de nervios lo golpeo y su corazón se estaba volviendo defectuoso a esas simples caricias.

[...] 

No supo como termino en esta situación.

Hace tan solo unas horas ya estaba perdiendo la esperanza de que Victor fuese alguien bueno, los sonidos de las armas iban de un lado a otro, resonando en cada una de sus orejas. Yuuri había decido acompañarlo vestido como uno de los hombres del grupo Nikiforov a una emboscada que le haría al primer grupo que buscaban hacer desaparecer de Rusia y todo el territorio que fuese de su propiedad.

No podía mentir al decir que Victor era muy hábil con cualquier tipo de arma, incluso en peleas cuerpo a cuerpo, el pelinegro tiro el gatillo y la sangre salpico alrededor, ya estaban a tan solo unos metros del jefe y todo el lugar debía ser eliminado, no había mas opción que esa.

-¡Yuuri!- grito el peliplateado antes de teletransportarse a su lado y dispararle a quien tenia la intención de dañar al mas bajo, este ultimo sin ninguna expresión en su rostro le disparo a un hombre que estaba a centímetros de Victor, también con la intención de herirlo.

Sin percatarse una sonrisa radiada se formo en su rostro y el demonio se la devolvió con una sonrisa llena de dientes puntiagudos, continuaron subiendo las escaleras hasta encontrarse frente a una inmensa puerta de madera, en frente de ella ya había dos hombres que terminaron muertos sobre el piso. Victor desapareció de su lado y al abrir la puerta todo estaba oscuro, el ambiente se sentía pesado para su cuerpo humano y se dedico a observar como los cuerpos estaban desparramados, los gritos de terror era lo único que escuchaba.

-Te veré mas tarde- una voz ronca y casi irreconocible se escucho en la habitación, los ojos avellanas de Yuuri se abrieron con sorpresa al ver como lucia el mas alto, ahora no era solo la apariencia de su cara la que había cambiado, si no que también su cuerpo, estaba rodeado de sombras negras, blancas, azules y plateado que se movían en el aire como humo.

Esa misma sustancia entro al cuerpo del hombre mayor y su cuerpo dejo de moverse, cristales y diamantes de todos los tamaños comenzaron a salir en su rostro y se extendió por todo el cuerpo hasta que se desasieron en polvo blanco.

Con razón jamas habían encontrado cuerpos en los ataques que realizaba Nikiforov, con sus poderes los hacia desaparecer. Lentamente volvió a la forma que estaba acostumbrado a ver, el mas alto se acerco hasta llegar hacia donde estaba Yuuri, extendió su mano hacia el en espera de que el otro la tomara y así lo hizo.

-Hacemos un buen equipo- le dijo mientras sacudía suavemente la mano de Yuuri contra la suya.

Lo que decía era cierto, pero luego el pelinegro se daba cuenta de los métodos que estaban usando para derrotar a esos grupos de mafiosos, solo muerte y mas muerte sin justicia.

Eran un equipo increíble, esa idea lo aterraba.





A Good Taste [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora