19. El supuesto plan de Dios

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Todos los seres sobrenaturales de ambos bandos tenían muy en claro cual era su propósito en la vida que se les había proporcionado, era estar en el bien o el mal, aunque cada uno le daba su propio significado.

Victor quien siempre se había considerado a si mismo como alguien neutro en temas como estés, finalmente tomo la decisión de jamas participar en esa guerra estúpida y sin razón aparente, no cuando Yuuri podría meterse a donde no pertenecía, solo un humano lo suficientemente estúpido haría tal cosa como estar en el bando de los demonios.

Eran aun muchos los grupos de mafiosos que quedaban por eliminar de un área de Rusia pero habían avanzado bastante en tan poco tiempo, y todo eso con ayuda de Yuuri, un humano con una mente tan superior y el criterio suficiente. Desde aquel día que Yakov llegó a visitarlo la idea sobre la guerra no ha podido ser eliminada de su mente, a todo momento que pasaba las pesadillas se transformaban e iban tomando mas forma que antes.

Un pelinegro completamente quieto entre sus brazos, el dolor en su pecho siempre aumentaba cuando sus pesadillas terminaban de esa forma tan especifica e inconscientemente las lagrimas comenzaban a caer desde sus ojos, las noches se tornaron insoportables y con la presencia de Yuuri a su lado podía soportarlas, pero no por siempre.

Aun el mismo siendo un demonio sufría y tenia sus propios miedo, mas ahora que había una persona que era demasiada preciada y amada como para dejar atrás, tal como un objeto sin significado pero no era así.

Sin darse cuenta su relaciona con Yuuri se fue volviendo mas profundo y con mas sentimientos que nunca antes había podido experimentar por si mismo, cada vez que estaba a su lado sentía un sentimiento cálido crecer en el interior de su pecho y al mismo tiempo una tranquilidad se podía sentir en el ambiente, en especial en su mente que últimamente había estado llena de caos sin sentido o coherencia.

-Victor...-escucho su nombre y la visión volvió, miro hacia el lado y se encontró con Yuuri, cierto, ahora mismo estaban en un operativo importante y el andaba metido en sus propios pensamientos.

-Te escucho, perdón, estaba algo...distraído- dijo con un poco de gracia sus ultimas palabras, tomo con mas fuerza el arma entre sus manos y fue siguiendo los pasos de el pelinegro, por alguna extraña razón había sido muy difícil encontrar este lugar, como si estuviese siendo ocultado en su exterior y solo con los informes que tenían en su posesión fueron capaces de llegar hasta aquí.

Un grupo de hombres ya habían sido enviado adelante de ellos pero de todas formas seguían muy alerta a cualquier sonido o movimiento que fuese sospechoso, los disparos continuaban escuchándose desde lo lejos pero siguieron caminando en ese misma dirección. 

Se encontraron con unos hombres armados pero ellos fueron rápidamente derribados por Yuuri y Victor, la gran puerta que era tan conocida fue abierta de repente, dejando a la vista a uno de sus subordinados demonios.

-¡Señor!, !ellos son..¡- las palabras fueron salpicadas con sangre, una lanza brillante y casi deslumbrante atravesó el pecho del demonio, quien quedo estático durante unos segundos, su forma de demonio fue dada a la vista y se convirtió en un simple liquido negro sobre el piso.

Los ojos de Victor se abrieron con fuerza, y antes de poder atacar, tomo entre sus brazos a Yuuri y lo teletransporto a las afueras del lugar, un sentimiento desconcertante se enterró en su interior y el miedo que estuvo sintiendo en estos días se sintió mas real que nunca.

-Por favor, por favor escúchame muy bien- sus ojos azules chocaron directamente con los avellanas del mas bajo, y no pudo evitar que su forma de demonio fuese manifestada casi por completo frente a la persona que mas amaba- debes irte con Yurio, el es  el único capaz de protegerte ademas de mi, no vuelvas a este lugar...-

-¿Son ellos?, ¿los mismos ángeles que te atacaron antes?- pregunto con una mirada determinada en su rostro.

-Si, son ellos y por eso mismo debes irte, no dejare que te lastimen- hablo mas rápido que antes, distintos escenarios creándose dentro de su cabeza, con delicadeza acero su rostro al de Yuuri y deposito un suave beso sobre sus suaves labios- prométeme que te iras con Yurio, prométemelo-.

-No me iré, no te dejare solo sabiendo que estas en peligro- le respondió aun con sus ojos cerrados- seré solo un humano pero al menos puedo servir de carnada.

-¡¿Que?!, ¡No!, debes...debes irte ahora, ellos son capaces de matarte y no lo permitiré- respondió con mas fuerza que antes y abrió sus ojos para observar a el pelinegro.

-Estoy contigo por una razón, !porque te amo como nunca lo hice¡- las lagrimas corrieron por sus ojos y los gritos de terror se fueron escuchando cada vez mas cerca.

-¡Aun así!- el terror ya lo estaba consumiendo, en especial ahora que logro divisar la figura tan conocida de los ángeles, chasqueo sus dedos sin pensarlo y los teletransporto a la casa principal, luego Yurio aparecía de repente a su lado y con tan solo Victor mirara al rubio, este ultimo ya había entendido cada palabra que no fue dicha explícitamente.

-Te amo demasiado como para dejarte morir tan pronto...-le dijo en un tono ya casi suplicante y lleno de preocupación, tomo con fuerza el cuerpo de el mas bajo entre sus brazos para abrazarlo como corresponde y quería permanecer alli para siempre, sin tener nada que les pudiese hacer daño, sus labios se tocaron por varios segundos que se fueron prolongando a minutos.

-Victor...Verrier- Yuuri era el único capaz de decir ese nombre y causar que el nombrado se sintiese cómodo con ello, el único humano o ser que alguna vez lo haya logrado.

Victor se separo rápidamente, con una sonrisa en su rostro se despidió del pelinegro quien ya estaba al colapso de las lagrimas, al igual que como lo estaba el demonio que desapareció frente a sus naricez.

De repente el rubio se alejo de el y unas paredes casi invisibles se fueron formando a su alrededor, al tocarlas tan solo quemaban y Yuuri miro desconcertado a Yurio, quien solo trataba de no observar al humano directamente a los ojos o tan siquiera escuchar alguna palabra que fuese a decir, porque sabia perfectamente que no podría aguantar al verlo.

Después de todo y de alguna extraña manera, le había agarrado algo de cariño a es humano policía, sonaba tan estúpido e irreal escuchar su propia voz diciendo eso dentro de su cabeza.

-¡Yurio!, ¡déjame salir de una vez!, ¡Victor va a...!- ni siquiera podía pronunciar esa palabra, sabia muy bien que ese demonio del cual se había enamorado era uno de los mas fuertes en el infierno, aun si no era un demonio con poderes completamente puros, pero aun así, la ultima vez que solo fue una herida en su estomago lo debilito enseguida.

Ya no sabia que hacer ni que pensar al respecto, era obvio que las cosas iban a salir para uno de ellos dos, tarde o temprano esto pasaría aunque no lo desearan, si fuese por ellos solo se quedarían el uno al lado del otro por el mayor tiempo posible. 

Yuuri Katsuki jamas había estado en una situación como esta, era demasiado inteligente para su propio bien y esa misma habilidad le hizo cometer errores de los cuales no se arrepentía ni por un solo momento, al contrario, se sentía agradecido por el mismo haber tomado esas decisiones.

Jamas fue creyente, no desde que se unió a la academia de policías pero ahora con todo esto, se preguntaba a si mismo si de verdad todo esto era el comienzo de algo mucho peor que poco a poco se iba aproximando cada vez mas.

El "supuesto" plan de Dios ya estaba en marcha, y no podía hacer nada para detenerlo.






A Good Taste [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora