→ 𝘿𝙐𝙇𝘾𝙀 𝙈𝙐𝙀𝙍𝙏𝙀 ੈ✩‧₊˚
⸺ ❝ 𝑬𝑳 𝑫𝑰𝑵𝑬𝑹𝑶 siempre a tenido poder en las personas, algo como un papel verde les hacía perder la cabeza.
Aquellos jugadores acentuados en aquella isla eran, irremediablemente, como cerdos al matadero ❞ ⸺
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❝HERIDA❞
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HA-NEUL MIRABA EL FONDO de reojo, viendo cuerpos tendidos, algunos con partes rotas y cesos de fuera, lo peor era que el hombre de tatuajes no se quería mover y el tiempo estaba contado.
-¿Qué haces?–Pregunto temeroso un hombre.
-¿No entendiste estupido?–Se apresuro a contestar–No seguiré con este juego–Espetó.
-No puedes hacer eso–Dijo el mismo hombre aún más asustado y nervioso que antes–La regla es ir en orden–.
-¿Crees que eso me importa? Esto es el infierno y en el infierno no hay reglas–Rió–Si quieres, avanza tu–Le hizo una mueca.
Sin dudas las cosas se estaban poniendo tensas e intensas, todos querían avanzar pero ese idiota no se quería mover, seguramente nadie tendría la iniciativa y Ha-neul estaba muy lejos, había mucho riesgo de que se resbalar del vidrio y terminara cayendo al vacio.
Los gritos y reclamos comenzaron, el hombre parecía no importarle absolutamente nada, pues estaba más que seguro a quedarse allí hasta que alguien más avanzara, teniendo la excusa que de una u otra iban a morir.
Comenzo a reír cínicamente, Ha-neul miro el reloj y quedaban seis minutos con cincuenta segundos.
-Si no se mueve vamos a morir–Le dijo la pelinegra a pecas.
-Lo sé, pero estamos demasiado lejos–Dijo suspirando–No podemos hacer nada desde aquí–Hizo una mueca.
El desespero reinaba en aquel lugar, aquel hombre no se iba a mover y de eso estaban seguros, algunos lo amenazaban de empujarlo, pero el no hacía nada más que burlarse.
Y de repente, el hombre fue empujado, cayendo al abismo mismo, la mujer escandalosa lo había hecho, y fue que el bastardo miró finalmente a aquella mujer.
-Hola amor–Saludo con sarcasmo y burla–Maldio idiota–Dio una risa seca.
Y cabello de escoba tragó saliva nervioso, sin saber que pensar o hacer al respecto.
-Parecias un hombre tan duro y determinante–Dijo con burla–¿Qué pasó? Dios mío que vergonzoso–Río con ganas.
-Vete al carajo–Dijo entre dientes con odio.
Después de unas pocas respuestas después, bajo la mirada expectante de los jugadores y de los millonarios mismos, la mujer se posó en el peldaño donde el hombre estaba, entonces, lo abrazó fuertemente.
-Pobre ingenuo ¿De verdad creíste que me dejaría morir por ti? ¿Recuerdas? Prometimos estar juntos hasta el final–Solto con una voz aguda.
-Perra loca ¡Sueltame! ¡Sueltame estúpida!–Dijo con gritos pero la mujer no estaba dispuesta a soltarlo.