𝑆𝑊𝐸𝐸𝑇 𝐷𝐸𝐴𝑇𝐻 | ᴋᴀɴɢ sᴀᴇ-ʙʏᴇᴏᴋ [✔]

▪︎ 012:𝐓he wolf ▪︎

❝EL LOBO❞

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LA CENA HABÍA SIDO bastante incómoda, no solo porque Gi-hun y Sang-woo se retaban con la mirada, sino porque el último mencionado veía de reojo de vez en cuando a Ha-neul.

Eso le ponía la piel de gallina.

Todos habían tenido que usar un traje negro con moño, elegante y bien puesto.

La pelinegra y pecas estaban sentadas en una sola cama, con sus espaldas recostadas en la pared, la cabeza de Ha-neul se encontraba descansando en el hombro de Sae-byeok, quien dejaba descansar la suya encima de la de ella.

-Ha-neul–Llamo una voz bajita.

Por incercia, Sae-byeok quien estaba ya algo adormecida dio un respingo y apunto a dicha persona con su cuchillo, tratando se proteger a su chica a cualquier costo.

-Tranquila, no les he venido a hacer daño–Aclaró.

-¿Entonces a que viniste?–Pregunto una adormecida Ha-neul, tallando sus ojos.

-A ver como estabas–Dijo y se sentó en la orilla de la cama–No te veías muy bien hace rato y en la cena no comiste mucho–Mostro su preocupación.

En cierto punto, antes de la pelea con Sang-woo había notado que la pelinegra cojeaba y se veía cansada, sudaba y se veía pálida, quería preguntar, pero al terminar la discusión no tuvo oportunidad, pues tuvieron que arreglarse y después tener la cena, era de noche e inevitablemente en unas horas más sería el juego final.

-Estoy bien–Mintio, pues apesar de que le habían curado y dado varias cosas para que se sintiera lo suficientemente bien para jugar, aún le dolía moverse o caminar.

-¿Segura?–Ella asintió.

Unos cuantos segundos pasaron, en un total silencio, fue entonces que el hombre quiso proponerles algo.

-Hagamos equipo en el siguiente juego–Les propuso–Podemos ayudarnos y ganar–Miro a los ojos a ambas.

Lo pensaron por unos segundos, pues después de todo no era mala idea, si bien les caía bien aquel hombre, no pensaban en algo como una alianza, pero tomando en cuenta que Ha-neul estaba herida y sin casi poder moverse, necesitarían ayuda.

-Esta bien–Contestó Sae-byeok.

El hombre asintio y sonrió.

La pelinegra tragó saliva, teniendo algo de sed, miro el dinero que había, y sin apartar la mirada de allí le pregunto.