Capítulo XXXIV

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-Bokuto para...no puedo más, ¡ah!- Sentía la respiración errática de su novio en su cuello y las caderas de este empujando contra las suyas. 

-Un poco más...Te amo...mi vida...ya casi, ¡ah!- Sintió su interior cálido, la semilla de su novio estaba dentro.

-Dios...fue increíble- Escuchó la risa de Bokuto a su lado y decidió acomodarse en el pecho de su chico para también empezar a reír.

-Siempre es increíble hacer el amor contigo-Un besó en su cabeza hizo que levantará su mirada chocando con los ojos dorados que tanto amaba- Realmente necesitábamos estás vacaciones-

-Sin duda alguna fue la mejor idea que haz tenido- 

-¡Oye!, Siempre tengo buenas ideas- No pudo evitar reírse de todo lo dicho por su pareja- No es gracioso Akaashi, ven acá- Su novio le empezó a hacer cosquillas mientras el solo atinaba a reírse.

-Para, amor para-Luego de unos minutos Bokuto paró y él le sonrió-Te amo-

-También te amo- Esa sonrisa era todo lo que necesitaba para sentirse bien.

Se quedaron en un cómodo silencio durante unos minutos, hasta que decidió hablar.

-Extraño a los niños- 

-Yo también, pero no me arrepiento, hace tiempo que no teníamos un momento a solas. Todo por culpa de Kuroo- El peliblanco arrugó su entrecejo mientras él reía un poco-¿Todo se oía bien cuando hablaste con los niños?-

-Si, al parecer Kenma y Kuroo están haciendo un buen trabajo-

-Bien con eso me quedo más tranquilo-

De nuevo se quedaron en silencio, sin duda alguna le agradaba tener esos momentos con su pareja.

-Amor, ¿Qué piensas de tener otro hijo?- Pudo ver la sorpresa en la cara de su peliblanco- ¿Estás de acuerdo?-

-¿Estás embarazado?- No puedo evitar soltar una carcajada por la cara de Bokuto.

-No cariño, es solo que estaba pensando. Nuestros hijos ya están grandes y bueno con todo lo del embarazo de Kenma, yo solo estaba pensando pero si no quieres...-

-No es que no quiera, yo contigo quiero tener mil hijos-Se sonrojó ante lo dicho por el peliblanco- Pero primero quiero casarme, siempre pasa algo y no podemos casarnos y no me sentiré completo hasta que lleves mi apellido, así todo el mundo sabrá que eres mi esposo- Se le hacía muy tierno que su pareja quiera casarse con él.

A decir verdad él no necesitaba nada de eso, después de todo para él ya eran una pareja casada, ya que hacían lo mismo que una, lo único que le faltaba era llevar el apellido de su pareja.

-Entonces...¿Nos casamos y luego un bebé?-Le dijo con un poco de diversión en su voz.

-A penas lleguemos a casa empezaremos a planear la boda-

-Te recuerdo que a penas lleguemos tienes que ir a la concentración para el partido contra Argentina-

-¡Pero Akaaaashi!- Bokuto empezó a hacer berrinche, igual que un niño pequeño.

-Vamos amor, ¿Qué te parece si después del partido nos casamos?-

-Pero, no tenemos nada preparado, tenemos que reservar un salón, hacer invitaciones, los trajes...- Puso la mano en boca de Bokuto para detenerlo y hacer que le preste atención.

-Yo no necesito nada de eso, solo necesito que estés tú, los niños y el juez- La mirada dorada mostraba sorpresa por lo que quitó su mano de la boca de su pareja- No necesito nada más para que sea especial- Le regaló una sonrisa a Bokuto y este le respondió con otra de sus grandes sonrisas.

La vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora