Capítulo XXXV

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Nota: Últimos capítulos

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-¿Se puede saber qué ha pasado para que estés así?-Fue lo primero que le dijo su padre cuando entró al cuarto.

-He hablado con Seki- Dijo y pudo ver como la cara de su padre pasó de la intriga a la sorpresa. 

No lo culpaba después  de todo él también se había sorprendido cuando Satori lo llamó diciendo que Seki quería hablar con él. 

-¿Qué ha pasado?- 

-Bueno...-

Flashback 

Había llegado lo más rápido posible después de la llamada de Satori. Decir que estaba sorprendido era poco, después de todo no esperaba que su hijo quisiera verlo, no en esta vida. 

Solo podía decir que se lo merecía, era el Karma en su máxima expresión, después de todo él había hecho mucho daño en el pasado y a pesar de sentirse culpable, tenía que pagar por eso.

Cuando llegó a la casa de Satori se congeló en la puerta. No había pisado ese lugar desde que su hijo descubrió todo, pensó que con el tiempo iba a poder hablar con su pequeño pero este ni siquiera lo miraba cuando lo iba a recoger con Satori en el entrenamiento. 

Así que esperaba que todo saliera bien esta vez. 

-¿Por qué estas parado como idiota?- Ni siquiera se dio cuenta cuando la puerta había sido abierta por Semi.

El peli-gris lo veía con la ceja alzada, indicando su confusión al verle ahí.

-Satori me ha llamado, dijo que venga- 

-Eso ya lo sé, pasa. Satori está con Seki en su cuarto. Voy a comprar comida. ¿Quieres hamburguesa?- 

-¿Eh?- Quedó un poco perdido por la actitud de Semi. No era ningún secreto que el peli-gris aún no le perdonaba del todo, aunque ya no lo miraba como si quisiera matarlo...eso era algo. 

-Te traeré una hamburguesa- El peli-gris se subió en el auto y lo dejó ahí parado, sin siquiera dejarle responder. 

Cuando se le pasó la sorpresa, entró a la casa y fue directo hacia donde le había dicho Semi. 

Lo primero que vio al entrar a la habitación fue al pelirrojo sentado en la cama y a su hijo, en frente de este, sentado en la silla del escritorio que utilizaba para hacer sus tareas. 

Al entrar, las dos personas lo regresaron a ver, y él no pudo evitar sentirse nervioso al tener la mirada de su hijo sobre él. 

-Gracias por venir Wakatoshi- El pelirrojo se levantó y fue hasta él para invitarlo a entrar. 

-De nada- Entró al cuarto y se sentó donde antes estaba Satori, justo en frente de su hijo, quien lo miraba fijamente- ¿Pasó algo Seki?, tu madre me ha dicho que quieres hablar conmigo- Se sentía nervioso pero intentaba camuflarlo.

-Quiero hablar con los dos, quiero saber la verdad- 

No le sorprendió para nada la respuesta de su hijo, y es que era consciente que tarde o temprano tendrían que hablar con su hijo sobre lo que pasó, pero no estaba convencido por la edad de su hijo. 

Seki apenas tenía 6 años, casi 7, y no sabía si su pequeño sería capaz de entender todo lo que había pasado, aunque también debía admitir que su hijo no actuaba como un niño de su edad, era más maduro mentalmente.

La vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora