Capítulo XVIII

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Kageyama estaba cansado, el entrenamiento había sido peor de lo que pensó que iba a ser, lo único que quería hacer era ir a comer y luego irse a la cama a dormir, le tocaba compartir habitación con Bokuto, cosa que no sabía si era algo bueno o malo.

-Al final fue más duro de lo que pensé, verdad Kageyama- Atsumu se sentó a su lado. Ambos estaban en el camerino junto con otros de sus compañeros, aunque la mayoría ya se había ido al comedor.

-Bueno es la selección nacional después de todo- Contestó, mientras terminaba de cambiarse, realmente quería irse rápido pero había tenido que esperar a que las duchas estuvieran disponibles así que se demoró más de la cuenta.

Ya iban a ser la ocho de la noche y le preocupaba no poder hablar con sus hijos, lo mejor sería llamarlos antes de ir a comer porque sino los niños se dormirían y no podría hablar con ellos. Le preocupaba en especial por Nao quien aunque ya estaba acostumbrado a dormir en casa de Suga, el siempre lo llamaba antes de dormir para escuchar lo que su hijo había hecho durante el día y desearle las buenas noches, algo que para muchos puede parecer insignificante pero para él y su pequeño significaba muchísimo ya que era el único contacto que tenían cuando él estaba lejos.

-¿Esta es tu familia Kageyama?- La voz de Hirugami lo sacó de sus pensamientos. El castaño tenía en sus manos la pequeña foto que los niños le habían regalado el día anterior.

-Oh, es una linda foto Kageyama, yo tengo una foto así de Akaashi y mis hijos- Bokuto se acercó a ver la imagen al igual que casi todos los que estaba ahí.

-Así que para ti era la foto, Hinata no quiso decirme para que era- Atsumu se rio un poco al recordar como Hinata se había sonrojado por que él lo había cachado tomándose la foto y cuando le preguntó el pelinaranja se había puesto nervioso.

-Me la dieron ayer, y si es mi familia, esos dos son mis hijos y el pelinaranja es mi pareja- Aunque no era del todo cierto lo que dijo, pues Hinata no era exactamente su pareja pero bueno iban por ese camino.

El castaño le devolvió la foto, él la volvió a guardar en su bolso, pero pudo notar la mirada que Hoshiumi le dedicó por insinuar que Nao era hijo de Hinata, pero él simplemente lo ignoró, después de todo Hinata había sido más madre de Nao que el peliblanco.

Sin más salió del vestidor y llamó a Hinata esperando que el pelinaranja le contestara.

-Hola-

-Hola. Soy yo Hinata-

-Kageyama!, hola, llamas justo a tiempo, los niños se están alistando para dormir, déjame te pongo en altavoz- Pudo escuchar un poco de movimiento y a Hinata llamando a los niños para que estos se acerquen.- Es Kageyama, quiere hablar con ustedes-

-¡Papá! ¿Cómo estas?- La voz de su hijo Nao se escuchó del otro lado. Involuntariamente sonrió y todo el cansancio que estaba sintiendo en ese momento se esfumó de su cuerpo.

-Hola Nao, estoy bien tranquilo. ¿Te estás portando bien?- 

-Kageyama-san, ¿Cómo está?- Escuchó la voz de su hijo Shiro, algo agitada, supuso por haber corrido para llegar hasta donde estaba el teléfono-

-Bien Shiro, ¿Cómo está todo por allá?, ¿Qué hicieron hoy?, ¿Se portaron bien?- Los niños empezaron a contarle lo que hicieron en su día.

Siempre le hacía sentir bien escuchar la voz de sus hijos y es que eso se había vuelto su rutina casi diaria desde que se había enterado de todo, es más no podía estar tranquilo sin escuchar la voz de su hijos y de Hinata en la noche.

No se dio cuenta cuando tiempo pasó hablando por el teléfono, pero luego de un buen rato supo que tenía que ir al comedor sino lo más probable era que lo dejaran sin comer por tardar demasiado.

La vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora