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v. doubts
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La falta de sensato era la cualidad más común entre los hechiceros, o al menos esa era la característica más resaltable que Nori había notado en su corto tiempo en la academia. Quizás no era insensatez y la palabra que buscaba era valentía, pero ver aquella insensatez como valentía le hacía sentir como una cobarde. ¿De verdad era una temerosa por intentar encontrar una solución antes de lanzarse al peligro? Su corazón no quería saber la respuesta, pues le daba miedo pensar que no es tan osada y segura como intenta verse ante el mundo.
Desde que conoció a Megumi sintió un estrecho entre ambos que sabía que sin importar cuanto se esforzase, jamás sería capaz de cerrar por completo. Él era algo inalcanzable ante sus ojos. Su apellido, su talento y su manera de actuar tan serena y madura eran cosas con las que ella solo podía soñar despierta cada que lo veía. Lo admiraba más de lo que podría admirar al hechicero más poderoso que también resultaba ser su profesor inmaduro. Megumi era de las pocas personas dentro del mundo de la hechicería que se había ganado su respeto.
Antes de ingresar a la academia apenas y podía imaginar la clase de cosas a las que se enfrenta un hechicero, y mucho menos tenía una idea del tipo en el que se quería convertir, pero cuando le vio a él supo que quería ser lo suficientemente buena para seguir siendo su compañera. Quería ser fuerte, tan fuerte que no tendría que dejarle arreglar las cosas mientras ella va en busca de apoyo. No quería volver a abandonarlo a su suerte nunca más, así que cuando el pelinegro le gritó que se marchase a buscar ayuda, ella se prometió que sería la última vez que correría en vez de encarar al peligro; y no importaba si por ello dejaba de lado su sensatez que tantas veces le había salvado la vida.
La falta de aire le hace detenerse. Ambas palmas de sus manos se colocan sobre sus rodillas para recuperar un poco el aliento, a los pocos segundos, su teléfono suena y contesta antes de que si quiera el primer timbre tenga la oportunidad de cesarse.
—¿Ya vienen los demás a ayudarnos? —Ijichi está al otro lado de la línea. Nori sabe que la falta de hechiceros es un problema recurrente pero aun así necesitan la ayuda urgentemente—. Fushiguro está solo así que les ruego traigan a alguien en cuanto antes, no sé por cuanto tiempo sea capaz de contener la maldición.
