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ix. two confused lovebirds
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Tal y como lo imaginaba, su desempeño en el entrenamiento fue mejor cuando Maki le concedió la oportunidad de un duelo sin armas, dejándola a ella como ganadora consecutiva en las tres ocasiones en las que se enfrentaron. Pero de igual forma no se sentía como una victoria que pudiese presumir, puesto que había utilizado su técnica maldita como apoyo.
Un suspiro de frustración y cansancio se escapa de sus labios. Al menos sabe que las armas no le son de mucha utilidad en el combate, además de que no le resulta dinámico luchar con algo tan grande como las herramientas que suele usar Maki. Quizás debería de empezar por algo pequeño y sencillo de maniobrar. Le preguntaría a Zeni'n por ello al terminar.
A su lado, Megumi dialoga del mismo tema con la mayor de lentes. Nori no logra comprender porque el pelinegro parece estar interesado en usar armas, pues como él mismo acaba de mencionar, perdería tiempo valioso que podría empeñar en su técnica maldita. Supone que simplemente quiere volverse más fuerte de lo que ya es, y entre más habilidades pueda dominar, será mejor.
La conversación que se lleva a cabo entre los dos alumnos de primer año y el trio de tercero se enfoca en mencionar las maneras en las que los menores pueden mejorar para antes del esperado evento. Solamente tienen un mes y medio para pulir sus imperfecciones y conseguir dar su mejor papel en la competencia, pero mientras que la castaña se ve inmersa en sus pensamientos acerca de cómo se organizara para entrenar lo más que pueda durante las próximas semanas, su compañero sigue recordando las palabras que le dio Sukuna. Una interrogante nace en él.
¿Sería capaz de derrotar a una categoría especial?
Una sonrisa se forma en su inexpresivo rostro. Nori lo nota de reojo, pero al principio no le da mucha importancia. Ahora tiene demasiadas cosas en la cabeza que es como si no estuviese viviendo ese momento. Finalmente se digna a verlo una vez le pronuncia a Maki una respuesta afirmativa de la cual no sabe la pregunta por culpa de su divagación. Es bueno ver que incluso él se encuentra de buen humor.
No pasa mucho tiempo antes de que todos decidan que lo mejor es terminar por hoy. Con un ligero movimiento de mano, Nori se despide de los tres estudiantes que hoy actuaron como si fuesen sus mentores. A pesar de que ha dicho que le preguntaría sobre el tema de las armas a la joven, piensa que lo mejor es molestarle mañana ya que hoy ha terminado agobiada después de entrenar. Así que, sin esperar mucho, se marcha de inmediato en dirección a su habitación. La verdad es que quiere llegar a su adorado cuarto y tumbarse en la comodidad de sus colchas a las cuales tenía muy abandonadas estos últimos días, pero definitivamente debía de darse una ducha antes porque podía sentir que el aroma dulce de su perfume fue completamente devastado por el salado del sudor. Las mejillas se le acaloran al pensar que quizás alguien notó su poco agradable hedor. Ay no, ¿qué tal que Megumi se había dado cuenta de eso cuando estaban sentados uno junto al otro? No podía ser posible.
