COMPASS━━━ Megumi Fushiguro

xi. on the horns of a dilemma



xi. on the horns of a dilemma



A pesar del dolor que siente en el costado derecho, su mente sigue igual de consciente que antes. No sabe cómo es que funciona la técnica de la pelinegra que empezaba a sacarle de sus casillas, pero vaya que le era nefasta al igual que su dueña. Llevan un par de minutos de forcejeos y arrebatos intercambiados que hacen enfadar a ambas por igual. Nobara observa la situación en el exterior, soportando el impulso de interferir torpemente y ayudar a su amiga.

Kugisaki no pudo evitar sentirse alterada durante los primeros momentos del enfrentamiento. Era como si Nori se estuviese dejando apalear por la mayor sin poner mucha resistencia más allá que alguna patada o un golpe que aparecía de la nada a modo de defensa. Pero al buscar los ojos rosados de su amiga y ver la expresión de estos, comprendió el mensaje que deseaba decirle pero que no podía darle por medio de palabras. Y aunque la actuar con prudencia no estaba en el manual de la joven, decidió hacer caso a la castaña para no complicarle las cosas.

Nori Yoshija estaba bajo la luz de un reflector, pero no del tipo de reflector que es acompañado por aplausos y ovaciones una vez es apagado. La luz que le iluminaba era como una lampara dentro de una sala de interrogatorio, que esperaba a captar cualquier mínimo error que cometiera para declararle culpable. Tenía la atención que había añorado por años, pero el enfoque de esta no estaba a su favor. Si ella llegase a cometer alguna indisciplina o algún acto que atentase contra la integridad de otros por más minúscula que fuese, sería tachada por ello, y probablemente perdería ese lugar que tanto le había costado conseguir. Así que mientras no fuese autorizado o completamente necesario, tendría que soportar una humillación más.

—Parece que al gatito ya no le quedan ánimos de jugar —ni siquiera le molestan ese insulto tan tonto, le molesta el hecho de que fue capaz de decirlo en voz alta —. Si quieres seguir siendo hechicera, no te metas en peleas que no puedes ganar.

Todo suena más molesto, quizás sea porque el dolor se vuelve más agudo con cada palabra llena de veneno que le es dirigida.

—No puedes considerar a esto una pelea —su cuerpo se siente pesado, pero sigue siendo ella quien lo tiene en control. Su mirada se ve cansada y la cabeza se le va hacia el lado. Las palabras se ven arrastradas y pierden claridad con cada sonido que expulsa de sus labios —. Ni siquiera te he soltado un golpe como es debido.

El sonido del arma siendo cargada la pone en alerta, ha vuelto a alzarla contra su cuerpo. Sus ojos se cierran esperando a que el impacto que nunca llega.

—¿Qué les haces a mis recaderas, Mai? —Maki aleja el revolver con un movimiento de su arma de apariencia de palo de la que sigue desconociendo el nombre.

Una reunión familiar que parece serle oportuna para su bienestar físico. 

—Vaya, eres tan insignificante que no noté tu presencia, Maki.

Una discusión se da entre el par de hermanas, lamentablemente, solo le atraviesa los oídos.

Nobara ha ido a su rescate. La mano suave y bien cuidada de la teñida le es ofrecida para ayudarle a levantar, ni siquiera se dio cuenta de que estaba en el suelo, quizás su cerebro estaba demasiado confundido como para usar sus sentidos en su entero esplendor. Ella la acepta y siente un tirón que le despabila de su torpeza.

—Espérame aquí —la rosada asiente sin entender a qué se refiere hasta que ve como se estampa cual peleador de Zumo contra Mai — ¡Yo misma ayudé a Nori a escoger ese atuendo!¡Lo llenaste de agujeros así que ahora debes de darle el tuyo! ¡Será su nuevo uniforme de verano!