Los extintos //SASUNARU//

Extra #1

Sam caminaba a paso lento en el interior de un gran bosque en la isla, escucho que esos humanos  ya se habían ido de la isla, eso le calmaba, pero solo un poco y eso era el problema que estaba teniendo últimamente, estaba pensativo y empezaba a cuestionarse su amistad, casi hermandad con Naruto Uzumaki, o Uchihas actualmente.

Empezaba a cuestionarse muchas cosas, desde que se entero que el uzumaki sabia donde estaba ese guerrero Kurama, el cual admiraba tanto y no le dijo nada, empezó dudar de su amistad.

¿Cómo se atrevía a no decirle?

Era indignante, ¿no que los amigos se decían todo? 

Naruto sabia lo importante que era Kurama para el, y lo que significaba en si vida, pero si el no se lo decía, sabría la verdad ya sea de su boca o de otra, y con eso en mente se dirigió a la residencia de los padre de Naruto.

-¿de verdad es una buena idea?

-Calla y deja de seguirme Nui...

Nui era uno de los Erutan que acompañaba a Sam en sus viajes, era tanto su amor por Sam, que hasta el se segaba con su brillo, llevándolo a casi arriesgar su vida por el, pero en esta ocasión

-no creo que lo que busques, sea bueno, tengo un mal presentimiento acerca de esto- se abrazo a si mismo, poco dispuesto a seguir caminando- si vas mas allá de este limite, créeme que no te seguiré, hoy no.

-no me interesa tu estúpida cobardía, necesito respuesta claras y concisas, si el rubio no me las da, su padres lo aran.

-¿y si ellos tampoco te la dan?

-hay métodos, Nui, lárgate- y sin mas, aquel chico de esmeraldas cabellos, siguió hacia su destino, mientras Nui solo se limito a desaparecer en la oscuridad con el mismo sigilo con el que llego, desvaneciéndose cual ilusión.

Sam no tenia ningún arrepentimiento o remordimiento por el cual regresar del camino, el quería la verdad y la tendría a como de lugar, en su mente, aquel que no supiera lo que paso, era un enemigo, y el lo sabia.

Voló a lenta velocidad por el cielo, con calma, pues no tenia prisa por adelantar lo que el quería, voló   hasta poder mirar una mansión rustica en medio de el espeso bosque, que se tragaba la luz y el calor de sol.

Sam no temió ante los  enorme zorros de 9 colas que custodiaban la entrada, que, aun con 4 zorros de casi 15 metros de altura, tenia una barrera de magia protectora, entro gracias a que los guardianes lo reconocieron y con eso listo, pazo al clímax de su búsqueda.

-Querido Sam, no esperaba poder tenerte por aquí, menos en estas fechas tan ajetreadas- una hermosa mujer de cabellos rojos y piel blanca, con un par de enormes alas negras, bajo de el segundo piso, moviendo sus sensuales caderas.

-Kushina-sama- Sam no hizo la típica reverencia, haciendo a Kushina, fruncir levemente el seño- se ve bien.

-bastante bien gracias- dejo de lado la formalidad ante la actitud de Sam- igual te vez esplendido pero con parece que te falta mas luz del sol.

-dejemos las formalidades y vallamos al punto- con un tono un poco mas fuerte del que Sam quiso, corto el ameno ambiente- creo que sabe a lo que vine.

-tengo un aligera idea de lo que quieres, pero Minato podría decírtelo, yo no- Kushina paso de largo a Sam, yendo al exterior y con la mano le hizo un ademan de seguirla.

Sam solo obedecía.

-Como puedes ver, hemos trabajado mucho para poder tener lo que actualmente tenemos, sacrificamos muchísimas cosas y personas, muchas vidas las cuales tuvimos que dejar atrás ¿sabes por que Naru es tan estricto consigo mismo?