Los extintos //SASUNARU//

La transformación

Los días pasaban, uno tas de otro, llegando por fin al día ultimo de semana, domingo...un día especial para los Erutan, el día...donde 2 nuevos integrantes humanos se unirían a sus filas, donde los planetas y la magia se unirían para dar nacimiento a 2 nuevas almas.

-no tengan miedo...ya no lo necesitan mis queridos amigos, deben de aceptar todo lo que pasara, porque ahora...podrán ser libres, de una vez por todas- Naru tenia un traje ceremonial, que consistía en una túnica blanca sin mangas de bordado dorado que se cerraba hasta las caderas y se abría de abajo, dejando a la vista su canela piel de su larga pierna, un short de lana negro.

si largo pelo amarillo amarrado en una coleta junto a una diademada d cuero y unas sandalias, iba como todo un líder de clase alta.

mientras que Sasu, tenia un pantanos de cuero que ceñía sus piernas, una armadura de platino que solo era la parte superior, unas botas negras hasta la rodilla, una camisa de piel de lobo y una larga capa que se sostenía su armadura, sus espadas a cada lado de el y su cabello negro resaltaba su blanca piel, junto  sus pendientes verdes a juego con los de su amado. junto a unos guantes negros de cuero reforzado.

- cero que deberíamos irnos- Naru dijo de manera alegre, de un momento a otro se acerco a los ninjas y les dio un tierno beso en la frente a cada uno-.

- no seas dramático no se van a morir ni nada por el estilo- aunque Sasu no lo demostrara estaba feliz, demasiado, mientras el rubio de largos cabellos se secaba sus lagrimaras.

-no me juzgues, son las hormonas...es que estoy tan feliz- lloro con mas intensidad.

- es hora de irnos...

El curso de su destino estaba cambiando repentinamente, a uno donde al fin podían ser ellos, donde la vida les estaba dando otra oportunidad de poder vivir, juntos, de una vez por todas.

Sasu y Naru llevaron a loa ninjas donde el gran árbol se alzaba, a lado de este, había un castillo pequeño, donde los 4 entraron para preparar el ritual, mientras que erutans adultos ayudaban preparando el escenario para la media noche, donde la luna se alzara en su máximo punto.

- la Luna esta noche es hermosa- Naru se había sentado en la rama del árbol donde se apreciaba la hermosa luna y las infinitas estrellas- ¿no crees?

- sin duda...igual de hermosa y resplandeciente que tu- Sasu se había puesto a un lado de Naru, recargado en el árbol- ya están vistiendo a esos 2, dentro de media hora se tocará el cuerno y empezará...ja, jamás había estado en uno de esto rituales.

-yo si, cuando fui al Páramo del oeste, donde los humanos aprecian a los Erutan y las criaturas mágicas.

- talvez algo cambien con esto...

-tal vez...

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El olor de el incienso por la habitación daba un reconforte a la nerviosa pareja, el chapoteo del agua en la piedra, la mágica sensación en las pieles de los 2 ninjas al ser preparados por las erutan casadas, las exquisitas fragancias de belleza y aceites pasaban por sus cuerpos marcados.

El rústico lugar solo le daba ese toque magico ancestral, donde la luna y sus almas se fundirían para dar paso a sus formas más preciosas, el guía donde los bañaban antes del ritual, donde sacarían y lavarían toda impureza que haya en su cuerpo sería lavada con agua de rosas azul, un toque de flor de Dragon y para la suavidad , untarían aceites de frutos rojos por el cuerpo.

La pena se había ido, pues las erutan que los preparaban eran casadas y no tenían ningún interés en ellos, con sus uñas cual caras, untaban ese asuste brillante como plata y olor fresco.