En la aldea de konoha, el séptimo Hokage Naruto Uzumaki y su familia junto a su mejor amigo Sasuke Uchiha y su familia, han salido de viaje todos juntos, un simple descanso de todo lo que ha pasado.
Pero durante el camino, encuentran una misteriosa...
Sarada tardo poco en recuperarse, con su rojos ojos, se lanzo a pelear contra aquella persona que la crio, que la cuido cuando su padre no estaba, pero al fin vio su otra cara, ambas dando golpe tras golpe, una batalla digna de ver, Sarada miro donde su padre, estaba apenas recobrando la fuerza.
-por que? Ne Sarada ... porque defender a esas cosas...a esas criaturas?
-no puedes y no puedo dejar que perturbes la paz de este lugar...madre- ambas en posición de pelea.
-no lo entiende, esto no es normal...nada lo es- y dejo su pose de pelea, extendió su mano...y miro a Sarada con esa expresión tan normal para ellas y pronuncio eso que solo rompió de furia a Sarada- vamos, mi niña, volvamos a casa...
-Como te atreves!!! Monstruo!!!
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En ese mismo momento...algo entre los humanos y los Erutan se rompió ... como el sonido de una gran brecha entre la tierra, entre familia, entre especies, en ese momento, no importo nada, nadie, ni si quiera importo el lazo que unos a Sarada con su madre, la ataco con todo lo que pudo...con todo lo que tenia, y logro algo, que a su edad, o por lo menos en los mimos erutan, nadie había sido capas, aparte de aquel rubio de largos cabellos y 3 marcas en sus mejillas
Naruto corrió y corrió tanto como pudo, voló lo mas lejos que sus alas le dieron, no supo si por instinto o por lo que sea que le llego a la mente, pero termino en un terreno helado, frio, lejos de la costa del sur, donde vivía con Sasuke y los 2 erutan.
no supo porque sus pies se movieron, sus alas cubrían el cuerpo de el y de los bebes, los cubrió con su suéter de lana y les daba calor corporal, antes de colapsar, vislumbro algo... y callo al suelo
que rara situación era aquella, nunca había sentido nada por alguien o por algo fuera de su circulo, no lo podía creer, 2 pequeños recién nacidos en sus brazos...débiles, necesitados de su madre biológica ...pero desechando eso...se sentía tan bien en esos momentos.
Sarada aun estaba luchando junto a los 2 Sasuke's, estaba agotada, su cuerpo no aguantaba el ritmo de la batalla, pero no se podía rendir, no quería, por su honor, pero su familia...por ella misma.
-la magia y habilidad de la mocosa son débiles, podemos con ella- menciono un sujeto grotesco debido a sus modificaciones físicas, era moreno y muy robusto.
- si acabamos con esa mocosa, podremos llegar al centro y romperlo por completo- siguió la idea una mujer enorme, con mas musculo que cuerpo, morena y con esa mirada asesina- ¡quiero matarla con tanta emoción!
-solo si puedes pasar por sobre mi, maldito toro- Óbito era el encargado de enfrentarse a esa cosa, así que se concentro en no gastar demasiada energía, debían de esperar al equipo silver, el ejercito persecutor mayor, uno de los equipos de combate mas agresivos y defensivos de la nación.