Capítulo 3

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Las nubes de tormenta amenazaban a los habitantes de la superficie con sus rayos y relámpagos, creando un habiente frio y tenso.

En medio de un gran campo desolado, dos personas se encontraban combatiendo, pero lo más notable de esto era la diferencia de altura de ambos, ya que uno de ellos sobrepasaba fácilmente los dos metros y el otro, apenas alcanzaba los 1,70.

Estos eran los aventureros Bell Cranel (Nivel 5) y Ottar (Nivel 7), ambos se encontraban en uno de sus reiterados entrenamientos, aunque más que entrenamiento, parecía una paliza dirigida hacia el pequeño peliblanco.

Ottar: Aun dudas en tus ataques... (Hablo mientras paraba una estocada del chico, para seguidamente darle un fuerte golpe, alejándolo un par de metros) En el último momento te frenas a ti mismo... Ataca como si quisieras matarme... (Hablo mientras bloqueaba nuevamente la estocada del chico, para seguidamente darle un fuerte golpe en el abdomen, causando que se arrodillara) Debes dejar de dudar, si no atacas con la intención de matar solo lograras que te mantén... (Hablaba mientras se acercaba al adolorido peliblanco, quien se sostenía fuertemente el estómago, mientras una pequeña línea de sangre caía por la comisura de sus labios) Levántate, aun no terminamos...



Una tormenta azotaba el campo de batalla, mientras a lo lejos un gran pilar de luz se levantaba hacia el cielo, abriendo un agujero entre las oscuras nubes de tormenta.

Entre la lluvia y los bosques, un pequeño grupo de personas se encontraba huyendo, mientras miles de rugidos se escuchaban a sus espaldas, al final del grupo tres personas se destacaban, quienes protegían la parte trasera.

Pero de un momento a otro, una de las figuras se detuvo, llamando la atención de los otros dos, quienes detuvieron igualmente su andar.

Finn: ¿Ottar que haces...? (Pregunto con clara duda, pero al ver como el gran hombre sacaba sus espadas entendió sus intenciones) Morirás y lo sabes...

Ottar: Mi diosa provoco esto, es mi deber remediarlo... (Hablo en un tono serio, mientras apretaba la empuñadura de sus espadas) Ya váyanse, yo terminare esto... (Hablo mientras les daba la espalda a Finn y Bell, quienes por un momento dudaron, pero terminaron por aceptar) Bell Cranel... (Hablo interrumpiendo el caminar del peliblanco, quien se volteó, recibiendo la mirada orgullosa del Boaz) Vive con honor... (Hablo con una fuerte voluntad en su voz, causando que el peliblanco se le formara un nudo en la garganta)

Bell: Muere con gloria... Viejo amigo... (Hablo en un tono roto, mientras se volteaba y comenzaba a correr, sin notar la sonrisa de orgullo que tenía el Boaz)

Cuando ya llevaban un par de metros corriendo, un fuerte grito de batalla se escuchó, acompañado del estruendoso sonido de un rayo.



El sol del amanecer bañaba con su luz a Orario, dando una cálida mañana a comerciantes y algunos aventureros que se dirigían a la mazmorra, entre estos se encontraba un calmado Bell, quien se mantenía pensativo, recordando que solo faltaban un par de días para que Hestia le diera su daga, lo que iniciaría el conteo para la guerra.

Pero fue sacado de sus pensamientos por una melodiosa voz, que no solo causo que recuerdos de antaño regresaran a su mente, si no que un gran rencor comenzó a brotar de lo más profundo de su ser.

Syr: Disculpe señor aventurero, se le callo esto... (Hablo mientras le mostraba una piedra mágica pequeña al peliblanco, quien la mirada de reojo)

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