Capítulo 13.5

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La fría noche azotaba el oscuro páramo de un bosque, volviéndolo un mortal laberinto para cualquiera que se atreviera a adentrarse en él.

Escuchando el atemorizante andar de las bestias blancas pasar por debajo de ellos, un pequeño grupo, conformado por un par de enanos, una beastman y una joven elfa de cabello esmeralda en sus primeros meses de embarazo, se ocultaban en una de las copas de los altos árboles.

Todos esperaban no ser notados por las espinas, ni por el enorme general que se movía erráticamente por la zona.

Los dos enanos y la beastman eran quienes sostenían a la aterrada elfa, priorizando la seguridad de esta ante la suya propia.

Aunque su suerte no duró mucho, la espina general, la cual destacaba por la protuberancia de un color negro opaco sobre su frente y su exagerado tamaño, miro directamente en su dirección, dándoles lo que parecía ser una tétrica sonrisa, para seguidamente dar un fuerte rugido.

Esto causó que todas las espinas girarán en su dirección, para seguidamente después intentar derribar o escalar el árbol.

Durin: ¡¡SUJETENSE, SALTAREMOS AL SIGUIENTE ÁRBOL CUANDO LO DERRIBEN...!! (Gritó alarmado, reafirmando su agarre a la corteza del árbol, mientras le daba un asentimiento a su hermano)

Cómo el enano había ordenado, todo el grupo saltó al siguiente árbol al momento que las espinas derribaron el árbol en el que estaban, asegurándose que la elfa no recibiera daño alguno.

Gracias a la descomunal fuerza del General, los árboles eran derribados con solo un par de golpes, obligándolos a saltar repetidas veces.

Gimli: ¡SE NOS ACABAN LOS ÁRBOLES...! (Gritó mientras sujetaba de la forma más delicada posible a la elfa, la cual se aferró fuertemente a la armadura de este)

Koneko: ¡INTENTARÉ ALGO...! (Gritó mientras daba un gran salto, mientras sacaba una pequeña piedra de uno de sus bolsillos) ¡¡IGNIS...!!

Al momento que la catman gritó, la pequeña piedra brilló fuertemente, para seguidamente explotar al contacto con el suelo, liberando un gran mar de llamas.

Estás consumieron a toda espina en un radio de 30 metros, mientras que hirió gravemente al general, el cual usó los cuerpos de sus hermanos para apagar las llamas en su cuerpo.

La catman cayó en el lugar donde la piedra explotó, enfriando todo con su magia, la cual hacía brillar su pelaje blanco, convirtiéndose en un faro en la noche.

Seguidamente los enanos y la elfa cayeron a un lado de la catman, la cual miraba preocupada hacia los lados, viendo como su muro de fuego lentamente se extingue.

Koneko: Debemos apresurarnos... (Habló alarmada, mientras se volteaba en dirección de los demás, solo para seguidamente abrir los ojos en shock)

Durin: Tendrán que seguir ustedes... (Habló adolorido, mientras se apretaba fuertemente su sangrante costado, herido por uno de los proyectiles de las espinas)

Gimli: Les ganaremos tiempo... ¡Ustedes corran...! (Habló mientras ayudaba a su hermano a levantarse, para seguidamente tomar sus hachas y golpear el suelo, lanzando dos muros de fuego, haciéndole un camino a las dos mujeres, aunque gastando gran parte de su maná)

Meteora: No los abandonaremos... (Habló dolida, aguantando las lágrimas que se acomulaban en los ojos)

Koneko: Los dos podemos detenerlas lo suficientemente para que Meteora lo cure... (Habló en un tono de mando, no estaba dispuesta a dejar a sus camaradas a una muerte segura, no otra vez)

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