Lefiya: No puedo creer que nos perdimos otra vez... (Hablo de forma irritada, mientras se acercaba a un arroyo que se encontraba por ahí)
Hefesto: Solo es un contratiempo, además finalmente perdimos a esas espinas... (Hablo en un tono cansado, mientras se sentaba a un lado de la elfa) Aunque a ellos no parece importarles... (Hablo mientras miraba en dirección de Bell y Welf, quienes se lanzaban al agua a un par de metros de donde estaba el par de mujeres)
Lefiya: Finalmente podemos descansar un poco... (Hablo mientras metía sus pies en el agua, dando un suspiro relajante)
Esto le saco una sonrisa a la diosa, desde ese día las cosas se habían vuelto sombrías para ellos, especialmente para Bell, quien se había aislado de todos, aunque la ayuda de Lefiya estaba siendo de ayuda para romper la coraza que había formado el peliblanco después de la muerte de Riveria.
Una enorme cascada era lo que les dificultaba su escape, se habían confiado y gracias a ello las espinas los habían alcanzado fácilmente.
Solo podían saltar para tener posibilidades de sobrevivir, pero eso no les aseguraba que las espinas no los siguieran por el agua, donde eran mucho más veloces y agiles.
Viendo el problema que tenían, Hefesto pensó en sacrificarse, usando una habilidad divina para transportar a todos lo más cerca que pudiera de los demás, aunque eso la condenaría a ascender nuevamente al cielo, dejándolos a su suerte.
Pero el sentir como una mochila caía a sus espaldas, los sacó de sus pensamientos, para seguidamente, todos vieran como Welf le tendía la mochila a Lefiya, mientras comenzaba a cargar su espada mágica.
Hefesto: Welf... ¿Qué haces...? (Hablo sorprendida, sabiendo perfectamente las intenciones del pelirrojo, pero sentía que debía hacer esa pregunta)
Welf: Les ganare tiempo, apresúrense... (Hablo sin mirarlos, para seguidamente comenzar a caminar, pero una mancha blanca lo detuvo) Sal de mi camino Bell...
Bell: No te dejare hacerlo, debe haber otra manera... (Hablo en un tono roto, ante lo cual el pelirrojo solo puso una de sus manos sobre el hombro del peliblanco)
Welf: No tenemos otra opción... (Hablo en un tono calmado, para seguidamente pasar a un lado del peliblanco) La estaré esperando en el cielo, Hefesto-sama...
Hefesto: Más te vale... (Hablo en un tono burlón, sabiendo que el testarudo herrero no se rendiría ni en la muerte)
Lefiya al ver esto solo guardo silencio, nunca compartió mucho con el pelirrojo, pero le dolía ver como el peliblanco se estaba rompiendo al ver como su mejor amigo se sacrificaría por ellos.
La aparición de una espina intentando matar a Lefiya los sacó de su burbuja, pero en un rápido movimiento, Welf la decapito e incinero con su espada.
Welf: Apresúrense... (Hablo mientras escuchaba como más espinas se acercaban)
Todos dudaron un momento, mientras que Lefiya y Hefesto se acercaban a la orilla preparadas para saltar, exceptuando a Bell, quien solo avanzo hacia el pelirrojo, pero este mismo lo detuvo.
Bell: W... (Intento hablar, pero un fuerte empujón de parte de este lo callo, pero antes de que callera, el pelirrojo lo tomo del cuello de su ropa)
Welf: Te dejo el resto, Bell... (Hablo en un tono triste, para seguidamente soltarlo) Asta pronto... viejo amigo...
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Tiempo
Ciencia FicciónLas tres grandes bestias que nacieron de la mazmorra antes de la llegada de los dioses solo eran prototipos creados para probar a los habitantes de la superficie. Años después y gracias a la expedición a los pisos profundos de la familia Freya, las...