Capítulo 12

715 76 35
                                    

La luna brillaba tranquilamente sobre la gran ciudad de Orario, iluminando todo en esa tranquila noche despejada.

Desde el techo de la torre más alta de la mansión crepúsculo, una figura de cabello blanco miraba fijamente a la luna, una imperceptible sonrisa adornaba sus rasgos, sintiendo la paz que esta transmitía.

Lefiya: ¿No puedes dormir...? (Hablo en un tono bajo, mientras se acercaba al peliblanco, quien solo la miro de reojo)

Bell: No necesito dormir mucho... (Hablo en un tono tranquilo, mientras serraba los ojos y disfrutaba de la fría brisa de la noche) Debería hacerte la misma pregunta, ya es muy tarde para que estés despierta...

Lefiya: Me desperté a beber un poco de agua y sentí una presencia en la torre, pensé que alguien había entrado a la mansión... (Hablo un tanto avergonzada, no queriendo revelar la verdadera razón de su presencia)

Bell: Siempre has sido mala para mentir... (Hablo un tanto divertido, mientras dirigía su mirada hacia una sonrojada Elfa) Deberías volver a dormir, mañana comenzarán a llegar algunos dioses de los pueblos cercanos... (Hablo mientras dirigía su mirada hacia el horizonte, logrando ver algunas antorchas y carruajes a kilómetros de distancia)

Lefiya: ¿Tan pronto...? (Hablo sorprendida, intentando mirar en la misma dirección del peliblanco, no logrando ver nada)

Bell: Estamos en pie de guerra, los dioses no ignoraran el llamado de Ouranos así como así... (Hablo mientras aumentaba el rango de su visión, logrando ver una enorme ciudad flotante a miles de kilómetros de distancia, causando que sintiera un leve dolor en sus ojos) Esta será una gran reunión, solo esperemos que Ares no intente alguna estupidez... (Hablo mientras serraba sus ojos, los cuales habían comenzado a irritarse) Volvamos a dentro, de seguro alguno de los guardias nos vera y armara un escándalo... (Hablo mientras se levantaba, recibiendo un asentimiento de parte de Lefiya, quien rápidamente lo siguió)

Mientras caminaban por los pasillos de la mansión, Lefiya no podía despegar su mirada de la espalda del peliblanco, algo la atraía hacia él, algo que no entendía, si bien sabía que había comenzado a sentir cosas por Bell, se negaba a admitir que esos sentimientos eran románticos.

Tan metida estaba en sus pensamientos que no noto cuando el peliblanco se detuvo, terminando por chocar con este, lo que provocó que se sonrojara furiosamente.

Bell: Bien, aquí esta tu habitación... procura descansar, de seguro las cosas se volverán caóticas mañana... (Hablo con tranquilidad, para seguidamente despedirse de una insegura Lefiya, quien lentamente se adentró en su habitación)

Una vez se aseguró que la Elfa había entrado, reanudo su camino hacia la biblioteca del castillo, si bien Loki había mandado a armar una gran tienda en el patio trasero para que ellos durmieran, él no se sentía cómodo, principalmente por su falta de sueño, no deseaba terminar despertando a sus compañeros solo porque el no necesitaba dormir 8 horas seguidas.

Sin ser notado por el peliblanco, una pequeña sombra semejante a una planta apareció en la puerta de la habitación de Lefiya, para seguidamente desaparecer lentamente en cenizas.

Una vez llego a la biblioteca, camino en dirección de los sofás, donde se sentó en el suelo, frente a estos, para seguidamente comenzar a meditar.

Si bien actualmente se había convertido en una persona tranquila, el meditar le ayudaba a manejar mejor sus impulsos y le ayudaba a pensar de mejor manera las cosas.

Conocía a algunos de los dioses fuera de los muros, algunos de ellos incluso formaron parte en su formación, pero lo que lo tenía preocupado, eran los demás dioses o más bien, sus hijos, sabia de algunos que solo buscaban beneficio propio usando a su dios como una pantalla, sabia de otros que, así como su dios, solo les importaba pelear.

TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora