Capítulo 11

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Un tenso silencio se había instalado en la sala de reuniones de los dioses, todos se encontraban sin palabras, especialmente los dioses que estaban en contra de Bell.

Pero los que más destacaron, fueron Finn, Riveria y Loki, quienes notaron las sutiles diferencias en el comportamiento de Bell durante el paso de los años y los entrenamientos.

Especialmente Riveria, quien noto como ella y el peliblanco se habían acercado mucho durante los años de la guerra, pero lo que la dejo con un amargo sabor de boca, fue todo lo que sufrió antes de volver a este presente, aunque igualmente se sintió confundida al notar como había algunas partes faltantes en las imágenes que mostró el espectro.

Pero de la nada, todos fueron sacados de sus pensamientos al sentir un pesado arcano en la parte más profunda de la sala, donde se encontraba una sonriente Freya, quien subía peligrosamente su arcano.

Freya: Eres más perfecto de lo que esperaba... (Hablo en un tono seductor, mientras un fuerte sonrojo comenzaba a aparecer en su rostro)

Esto causo que inconscientemente Bell se tensara, sentía las miradas asesinas de los hijos de Freya, quienes se encontraban ocultos en toda la sala, solo Ottar se encontraba a la vista, con un aura de muerte a su alrededor.

Todos los dioses miraron en dirección de Freya, quien soltó una risita ante esto, para seguidamente mirar directamente a los ojos de Bell, intentando usar su encanto, solo para que este fuera anulado como si nada, lo que causo que el sonrojo en las mejillas de Freya aumentase.

Freya: Ottar... (Hablo mientras estiraba su mano como si intentara alcanzar el rostro de Bell) Tráemelo... (Hablo en un suspiro similar a un gemido, mientras devolvía esa mano a su pecho, sobre su corazón)

Ante esto, el gran Boaz dio rienda suelta a su poder, para seguidamente desaparecer en un borrón de velocidad, ningún aventurero presente logro ver la silueta del Boaz, solo algunos dioses y Bell lograron seguirlo fácilmente con la mirada.

En un segundo, Ottar apareció a espaldas de Bell, para seguidamente alzar su espada e intentar golpear la nuca del peliblanco con la parte roma de esta, pero este mismo la detuvo como si nada, tomándola con los dedos desnudos.

Bell: Detente... Ottar... (Hablo en un tono serio, mientras sostenía como si nada la pesada espada, forcejeando con el gigante)

Tanta fue la fuerza ejercida por ambos que la espada exploto, sorprendiendo a todos y dejando frio a Ottar, quien no logro reaccionar.

Rápidamente y con un barrido, Bell derribo a Ottar, pero antes de que tocara el suelo, golpeo fuertemente su estómago, lanzándolo hacia atrás, donde usando su velocidad apareció antes de que este tocara la pared y con una patada lo lanzo hacia el techo, donde seguidamente comenzó a lanzarlo por diferentes lugares a base de golpes, rematando con una patada de hacha que lo lanzo hacia el suelo nuevamente, donde lo recibió con un golpe en el estómago, lanzándolo en dirección de Freya, cayendo a los pies de esta, totalmente inconsciente.

Si antes todos estaban sorprendidos, ahora estaban congelados en sus lugares, Ottar el aventurero más fuerte actualmente en Orario había caído con unos cuantos golpes.

La más sorprendida de esto y secretamente excitada, era Freya, quien miraba con otros ojos al peliblanco, quien había invocado sus espadas, mientras se ponía en posición de batalla.

Rápidamente todos los demás altos mandos de Freya aparecieron, los cuales intentaron lanzarse hacia Bell, pero una figura cayendo frente a este los detuvieron y causo que algunos fruncieran en ceño.

Finn: ¿Les molestaría si nos unimos...? (Hablo con una sonrisa, mientras caía frente a Bell, quien lo miro sorprendido)

Seguido del rubio, cuatro figuras cayeron alrededor de Bell, siendo estas, Riveria, Gareth, Asfi y Tsubaki, quienes rápidamente tomaron sus armas, mientras que Riveria se preparaba para recitar un cántico rápido.

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