TERCERA Y ÚLTIMA PARTE DE "DON'T LET ME GO".
Quería libertad sin saber el costo de ella.
Ya no importa nada, solo quiero permanecer a tu lado, pero si tu vida llega a correr riesgo, no dudes por ningún momento que yo no intentaré salvarte.
No inte...
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Levi
Después del verano, la movilizaron hacia Paradis. Solo el Imperio y parte de su continente sobrevivió el Retumbar. Gabi y Falco vinieron con nosotros, vivían conmigo y Damián.
Había pasado un año, otro más sin ella, no sabía qué hacer y sin embargo la esperanza vivía en mí. A pesar de tener a mi hijo y a aquellos dos niños que ya consideraba mi familia, me sentía solo.
La extrañaba demasiado, le lloraba en las noches y egoístamente me alejé de todos. No quería que me vieran así, no quería que se preocuparan mas por mí, no necesitaba la lástima de nadie.
Y diariamente Damián me preguntara por su madre y como si fuera poco, la promesa que me hizo hacerle me perseguía.
"Quiero alguien que proteja y cuide de Damián. Una madre"
No podía hacerle eso, me rehusaba a buscar a alguien más, odiaría ver a nuestro hijo decirle mamá a otra mujer. Sabía que yo solo no podía, pero no podría hacerle eso a ella, Alice no es reemplazable, nadie podría jamás tomar su lugar.
Me rehusaba a dejarla ir.
—Señor Levi, el señor Gerard me avisó que Ana y él irían al hospital a ver a Alice—me informó Falco.
Estaba disfrutando de una taza de té mientras Damián estaba en la sala jugando junto a Gabi, al escuchar el nombre de mi esposa volteó hacia Falco
—¿Mamá?—preguntó mi hijo levantándose del suelo.
Ahora tenía cuatro años, sin duda era fisicamente igual a mí y tú no lo estás viendo crecer Alice.
—Dijo que debía estar presente, era urgente—murmuró Falco preocupado.
La visita de Gerard no me preocupaba, era la de Ana. En Invierno fue la última vez que la visitó y su razón me la dijo.
"No puedo soportar verla así, es como ver a un cadaver. Me esta lastimando y a ti también Levi, deberíamos despedirnos de ella. Dejarla descansar finalmente"
Me levanté con pesadez de mi silla, tomé mi saco y llamé a los tres niños. Había un carruaje esperándonos afuera, cortesía de Historia. Tenía que llegar al hospital lo más rápido posible.
¿Por qué Ana la vería de nuevo? Después de aquello que me dijo en Diciembre, ¿acaso no quiere a su hija? ¿No quiere que ella viva?
—Papá—me llamó Damián y volteé a él—¿Vamos a ver a mamá?—preguntó y yo asentí nervioso, lo tomé en mis brazos e hice que se sentara en mis piernas.
—Sí, vamos a verla—murmuré acariciando su cabello, recostó su pequeña cabeza en mi pecho.
