TERCERA Y ÚLTIMA PARTE DE "DON'T LET ME GO".
Quería libertad sin saber el costo de ella.
Ya no importa nada, solo quiero permanecer a tu lado, pero si tu vida llega a correr riesgo, no dudes por ningún momento que yo no intentaré salvarte.
No inte...
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El verde pasto rozaba los pies de ambos, habían pasado dos años difíciles. Él colocó las hierbas que ambos habían recogido en las canastas, su hijo de inmediato tomó de su mano pegando su rostro a la mano de este mientras acariciaba su frente con esta.
—Damián ya te dije que no iré a ningún lado—murmuró mientras se agachaba a él, los ojos azules de Damián lo miraron preocupados mientras negaba.
—No—contestó Damián firme mirando a su padre sin soltar su mano—¿Ya podemos ir a casa?—preguntó asustado y él sonrió.
Tomó a su hijo en brazos, lo cargó con su antebrazo derecho mientras que él recargaba su rostro sobre su hombro, en la mano izquierda llevaba su canasta de hierbas y siguió su camino hacia su hogar. Aunque le dolía tener que caminar, lo hacía para no perder su movilidad.
Mientras en su hogar, ella se encontraba regando las plantas, no estaba sola. Su bebé de apenas un año estaba sobre la manta de seda, era igual que Damián, se mantenía tranquila y con la mirada hacia el cielo. Ella también tenía los ojos del mismo color que los de su padre, pero se parecía completamente a su madre.
—¡Mamá! ¡Mamá!—gritó Damián sosteniendo de la camisa de su padre mientras alzaba su mano y la saludaba—¡Nelly!—exclamó y saltó de los brazos de su padre.
Corrió hacia su madre, ella se agachó a él para recibirlo en un abrazo, alzó su vista hacia su esposo quien se acercaba a ellos con la canasta en mano, Damián acariciaba el cabello de su madre con delicadeza.
—Volvimos—susurró él agachándose a su lado.
—Ya los extrañaba—murmuró ella acercando su rostro al de él, juntaron sus labios en un suave beso—¿Qué trajiste, Levi?—preguntó curiosa mirando la canasta.
—Solo hierbas para los tés, Alice—murmuró Levi acercando la canasta—¿Dónde está Naran?—preguntó él alzando su vista por el hombro de ella.
—Esta recostada—contestó Alice volteando hacia la manta de seda por detrás de los tres.
Antes de que Alice pudiese levantarse, Damián volvió a abrazarla por el cuello, Alice lo cargó y sonrió abrazando a su hijo.
—Mamá no ira a ninguna parte, pequeño Damián—susurró en su oído y el niño se aferró más a ella, Levi estaba en la manta recostado a lado de su hija—Váyamos con papá y tu hermanita.
Alice cargaba a Damián entre sus brazos mientras llegaba con Levi, él descansaba y sobre su pecho se encontraba Naran, su nombre fue escogido por Alice para recordar sus raíces del Imperio de la Luna.
Al llegar, ella se agachó dejando a Damián en el suelo, él gateó hasta Levi y se acomodó a su lado para recostarse, Levi lo miró levemente y con su brazo derecho lo acercó a él. Alice admiró la pequeña escena con cariño, observó a su pequeña familia con una sonrisa.
