Coffee Shop

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Uruha entró en la cafetería, no era una gran cafetería pero le gustaba el servicio, además era mejor que las grandes franquicias. Todos los días a la misma hora entraba al lugar, pedía el mismo café y salía rumbo al trabajo, había hecho por tanto tiempo esa rutina que siempre que llegaba, su café ya estaba preparado justo como le gustaba, con un extra shot de vainilla, leche de soya y crema batida. 

Ese martes tampoco fue la excepción, los aromas del café inundaron sus sentidos haciéndolo sonreír. Caminó directo a la barra donde su vaso reposaba, listo para su llegada, usualmente tomaba el vaso y después se dirigía a pagarlo, ya no había problema pues los baristas lo conocían. Estiró el brazo para tomarlo cuando su mano chocó con la de alguien más, alzó la vista para disculparse; un hombre de intensos ojos negros le devolvía la mirada. 

—Lo siento, es mi café —dijo el hombre sonriendo. Parecía tener su edad, pero no iba al trabajo o de plano no era un oficinista, a diferencia de él no vestía traje si no jeans con tenis y una camiseta negra. 

Uruha alzó una ceja mirando el vaso con las especificaciones que siempre pedía—. Lo siento, es el mío —rectificó. 

El otro negó riendo—. Lo acabo de pedir —señaló la caja registradora.

Antes de que Uruha pudiera argumentar el barista colocó otro vaso sobre la barra—. Aquí tienes Uruha, oh, lo siento este es de Aoi. Quién diría que pudiera haber otra persona que pidiera algo tan específico como tú —sonrió alejándose. 

Uruha soltó el vaso avergonzado—. Una disculpa —tomó su vaso y sin atreverse a mirar al tal Aoi caminó a la registradora. 

—Nos vemos luego —dijo Aoi alzando el vaso, le guiñó el ojo sin desaparecer la sonrisa; salió de la cafetería danzando sutilmente.

El otro bufó sonriendo—. Idiota —musitó dándole el dinero al barista. 

Uruha casi había olvidado el encuentro con el extraño a la mañana siguiente cuando entró a la cafetería. Vio su vaso sobre la barra y asegurándose que no hubiera nadie más, lo tomó. Iba a pagar cuando el barista negó.

—Ya lo pagaron —anunció el barista—. Aoi llegó antes y también pagó por el tuyo. 

Le sorprendió al escuchar su nombre, lo busco con la mirada, pero no lo encontró. Fuera de molestarle, encontró el gesto bastante considerado, salió de la cafetería animado y con mejor actitud para su día. 

Al día siguiente, Uruha recogió su vaso, esta vez Aoi no había llegado. Sin querer parecer muy interesado, le preguntó al barista por el chico de cabello negro. 

—No debe tardar, también viene diario, aunque supongo que sus horarios son bastante variados —le contestó—. ¿Por qué?

Uruha negó—. Nada importante —le tendió el dinero, dándole de más—. Es para el café de Aoi —dijo sonriendo ligeramente y salió. 

Así estuvieron durante semanas, el primero que llegara le pagaba el café al otro. Primero eran sólo los vasos, después de varios días comenzaron a dejarse notas, puesto que no volvieron a encontrarse, no decían mucho, solo buenos deseos del día o la semana, comentarios del clima o noticias relevantes. 

Uruha encontró que sus días eran mejores por ese pequeño detalle e incluso comenzó a ser su parte favorita del día, se iba a dormir ansioso de que fuera el día siguiente solo para degustar su café. 

Antes de que se cumplieran los dos meses, Uruha entró en la cafetería como lo hacía todos los días. Vio su vaso sobre la barra, sonrió ligeramente estirando el brazo para tomarlo, cuando su mano chocó con la de alguien más. 

—Lo siento, es mi café —dijo sin mirar al otro. 

—Pensé que ya habíamos superado eso —le contestó. Uruha alzó la vista para encontrarse con la mirada profunda de Aoi—. El tuyo no tarda, ya lo pagué —le guiñó el ojo—. Tengo que ir a trabajar, pero qué tal si hablamos de esto cenando en la noche. 

Uruha asintió, el barista le entregó su vaso y una nota con un número de teléfono escrito en ella. 

—No esperaba verte —Aoi se alzó de hombros—. Mándame un mensaje —se despidió con la mano dándole un sorbo a su café—. Vainilla, como me gusta.

Vainilla, como le gustaba a Uruha.

Flufftober2021 [the GazettE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora