Capítulo 2*

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Detallo el establecimiento, la universidad es grande se ve antigua pero parece que tuviera un toque moderno. Tiene un gran campo verde, estacionamiento y una gran puerta que tiene un letrero gris oscuro que dice "American school" en letras doradas, gran nombre, dejando eso de lado,entre por la gran puerta y me encamino buscado la oficina de la secretaria, no tengo mucha suerte siendo la nueva sin conocer las instalaciones del lugar, por lo que le pido ayuda a la persona más cercana, doy vueltas por varios pasillos hasta encontrar una puerta caoba, tal como me lo describió la chica que me ayudó, decía secretaria , sin tocar entro y lo primero que detallo es un escritorio café , detrás de este, hay una señora que dedujo está entrando a sus cuarenta, la señora observa los papeles que carga en mano con mucha concentración, hasta que repara en mi presencia con sus ojos verdes que están bajo una gafas de pasta púrpura.

- ¿Joven se le ofrece algo?- pregunta la mujer.

-ehh si vine por mis horarios,por favor-

Anteriormente ya había hablado con el director de la universidad que aseguraba que yo sería la chica de nuevo ingreso en último momento.

- Oh claro aquí tienes se me olvidaba que entraba una alumna nueva, ay disculpe señorita -dice en cierta forma apenada - No se donde tengo la mente - La secretaria sacude la cabeza con desaprobación reprochandose, me mira y me escanea de arriba a bajo - ¿Eres nueva por aquí? no me parece haberte visto por la ciudad o bueno en el pueblo.

- Tranquila -digo- Y si,me mude con mi mamá hace dos días para cambiar de una ambiente de ciudad a uno mas tranquilo , pero bueno gracias por el horario ,que tenga un buen dia.

-Adiós señorita... igualmente.

Reviso mi primera clase y tengo literatura y que por cierto estoy llegando 10 minutos tarde ,asi que apresuro el paso casi corriendo. Hoy mi día es de suerte ya que no me perdí para encontrar el salón de clases, que logro. Al llegar lo primero que veo es un profesor muy molesto de unos cincuenta años de barba canosa y lentes de pasta negro anticuados, ah y si no se han dado cuenta me encanta adivinar las edades.

El vejete aclara su garganta.

--Señorita Wilson, imagino que tuvo un inconveniente para llegar a estas horas de clase- dice con hastío - Pero solo se los dejare pasar por esta vez ,la próxima no entra a mí aula¿Está clara?.

- Si - digo nerviosa, soy muy buena estudiante como para perder la clase por mí falta de puntualidad- Tratare de que no vuelva a suceder.

-- Claro... Señorita Wilson ¿Se va a quedar ahí parada o va a entrar a mi clase?- Hace notar que su actitud es de fastidio.

- Oh, si.

Apenas entró el cuchicheo por el aula me retumba los oídos. El profesor no se deja y hace caer un pesado libro sobre su escritorio, el golpe en seco hace que todos callen y fijen su atención en él.

- Preséntese - dice el profesor mientras se sienta en la silla de cuero negro.

--Hola mi nombre es Cristin Wilson, tengo 18 y vengo de Nueva York - resumo simple y disimulo un bostezo con mi mano.

- Wilson tomé asiento al lado del señor Collins - Ladeo la cabeza confundida, el profesor se toma el puente de la nariz y exhala fuerte- Collins levante la mano.

Pues damas y caballeros el tal Collins es el hombre con el que choque de camino a la universidad, y ahora que lo veo mejor tiene un cuerpo fornido, vestimenta casual y no voy a negar que tiene un buen atractivo. Me senté a su lado izquierdo, sin embargo me removí incómoda en el asiento cuando me mira si preámbulos tomandose su tiempo, miro disimuladamente nada bien disimulado y cruzamos miradas me da una sonrisa de medio lado para luego alargar su brazo dando la mano, dudosa le acepto el gesto.

-Lian Collins un placer mi luna- dice

- Cristin como ya oíste - me presento y le pregunto extrañada - ¿Luna?-

- ¿que?- La mención de ese apodo hace que su cara se ilumine.

Niego, creo que solo escuché mal.

- Nada - Le regaló una sonrisa de lado y me centro en seguir con los apuntes mientras el profesor escribe algo sobre poemas y frases en el pizarrón, durante la clase no me sentí del todo comoda por qué de alguna manera me sentía vigilada por dicho hombre a mí derecha.

Lo ignoro deliberadamente y dispongo prestarle atención a la clase de literatura con mi "encantador profe"

De vez en cuando le echo vistazos rápidos a Lían, su cabello negro abundante caía rebelde por su frente, no creo que haya tenido la intención de interesarse en la clase, porque en su libreta hacia mataches y dibujos que no tenían forma, en uno de esas miradas de chivo expiatorio el chico me atrapa viéndolo y guiña el ojo. Ruedo los ojos por su mal intento de coqueteo, siempre reacciono así con los hombres que tienen las de ligar conmigo, sobra decir que no me interesan amoríos en esta etapa de mi vida.



CORTO, PERO LOS CAPÍTULOS SERAN MÁS LARGOS.

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El Rey AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora