Lian:
— ¡No puedes arriesgarte así!—
— Largo.
— Lían n-
— Me importa poco lo que pienses, Jack.
Escucho vidrios quebrarse, giro y veo lo que antes era una copa ahora en añicos.
— Vete y de paso llama a una criada para que limpie.
Un molesto Jack sale del despacho cerrando la puerta de un portazo.
Por suerte, luego de la explosión el despacho fue ampliado y según la sirvienta, más elegante y menos de antaño.
Ruedo los ojos.
Sirvo más vino en mi copa y lo bebo como si fuera agua. Procedo a sentarme en el sofá de cuero y me preparo para la siguiente llamada.
— Oh diosa pensé que te estaba muerta para tí Lili.
Gruño apretando la copa que tengo en mi mano.
— Dalia...
—Cielo se que me extrañabas no lo niegues.
— Cierra la puta boca.
Oigo que suspira.
— Bien,¿Ahora que quieres?
— Ven al castillo y te lo explico.
— Supongo que es importante¿No?— Del otro lado de la línea se oyen golpes — Iré pero dime para qué necesitas mi presencia.
Bufo y bebo de mi copa de un sopetón. No le debo explicaciones.
— Solo ven, Dalia.
Su momento terquedad está por empezar.
Tres.
Dos.
Uno y...
— No, tengo un vuelo a Milán en treinta minutos, al menos dame un resumen de lo que me ibas a decir y tal vez piense en ir... primito.
Si no acepto es capaz de colgarme, generalmente soy yo el que siempre corta las llamadas.
— Sé mi esposa.
Se escucha un jadeo para luego quedar al otro lado en sepulcral silencio, sin embargo pasados cinco segundos exactos musita.
— No jodas.
No escucho más y molesto miro la pantalla del teléfono.
Llamada finalizada
Colgó la muy desgraciada, ejerzo mas presión en mi copa y esta termina por quebrarse en mis manos. ¿Dónde está la criada que pedí?. Salgo del despacho directo al segundo piso, y me encamino hacia la puerta del fondo del pasillo. Mi habitación, ahora siendo invadida por esa humana, huelo el aroma a vainilla al igual que el de azufre, abro la puerta brusco y busco a Cristin, doy con ella sentada en la cama con un libro en sus manos.
Dando largas zancadas me posiciono frente a ella, que hasta ahora no había reparado en mi presencia. Como si le hubiesen dado un latigazo, la humana levanta la cabeza violentamente y me pregunto como no se dislocó el cuello.
Tomo a Cristin del brazo fuerte y la halo hasta que queda de pie, aún sin soltarla la zarandeo para que suelte ese libro. Este cae y observo del lado que cayó, maldigo para mis adentros al descubrir lo que estaba leyendo Cristin.
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El Rey Alfa
WerewolfCristin Wilson una joven de 18 años de Nueva York, con una vida normal como cualquier adolescente,que se muda con su madre a Wyoming por un cambio de ambiente pero pronto estara por descubrir una mundo totalmente diferente, un mundo sobrenatural . ...