Capítulo 11*

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- Q-que.

La anciana me ignora y recita unas palabras en idioma desconocido para mi y se esfuma de la habitación, dejando humo negro en su lugar. Sobresaltada tomo una almohada y la arrojo hacia donde antes estaba la anciana.

« Es ella »

- ¡Lían dime que es mentira lo que acabo de ver!.

Lo observo y niega con la cabeza desconcertado .

- Cristin no salgas hasta que yo te lo ordene- Ordena monótono mirando a la nada.

-No, estoy harta de que cada cosa que ocurra no me den ninguna explicación- desvio la mirada- Me tienen secuestrada, a jacob encerrado, mi madre está buscándome- tomo una bocanada de aire - Cuando escapé a mitad de la noche, no fue porque estaba esperando el momento a que durmieras, si no que una voz me llamaba, era la de una mujer tan pacifica que poseía mi cuerpo hasta salir de la mansión...

Le cuento y no tengo razón para hacerlo, quizás debía desahogarme con alguien. Por el rabillo del ojo veo que me observa atento. Suspiro con pesadez.

- La voz me llevo por un lugar despejado de arboles, en ese momento cuando vi a la mujer rodeada de arbustos pensé que esta perdida o lo que veia era producto de mi imaginación, pero cuando sus ojos carmín conectaron con los mios me paralicé, y a velocidad sobrehumana ella estaba a centímetros de mi- pauso- Cuando gritaste corrí, corrí demasiado sin importarme los rasguños en mi piel, y-y cuando e-ella me tomó del cuello e iba a clavar s-su colmillos......yo no sé lo que pasó. Había un hombre , se lanzó contra ella y-y.

Como si una fuerza de atracción se tratase me giro hacia él y lo escaneo de arriba a bajo, sin vergüenza a que me pille en el acto. Es una persona fornida, con sus brazos musculosos sin exagerar, por encima de su camisa se puede apreciar en su abdomen los cuadritos que le salen a los que conservan una rutina de ejercicio diaria y sin lugar a duda derribaria a dos hombres con un par de golpes

De inmediato ato cabos.

- Tu eras el hombre que decapitó a esa mujer- más que una pregunta era una afirmación, y si quiera me había dado cuenta que estaba conteniendo la respiración.

Lo encaro y su penetrante mirada se conecta con la mía.

- ¿Crees en lo sobrenatural? - Su pregunta me dejó atónita y al mismo tiempo me causó cierta molestia que evadiera mi pregunta.

- ¿Que tiene que ver con todo esto?

- No me contestes con otra pregunta, solo responde ¿Crees o no? - Con eso me dio a entender que lo decía enserio y más con esa cara de perros que cargaba.

Tardé varias segundos en contestar ya que estaba bajo su escrutinio que en parte me sentí incómoda, no el mal sentido solo algo nerviosa.

- Hay que ver para creer ¿no?-

No sé si son imaginaciones mías pero casi pude ver solo como la comisura de sus labios se elevaban en casi una diminuta sonrisa. No entendía que alguien como él podía ser un asesino,como dormiriás tranquilo sabiendo que le arrancaste la vida a una persona inocente o no.
Sin embargo él al caer que estaba ahora bajo mi escrutinio endureció su rostro, se levantó como si nada y se fue de la habitación azotando la puerta.

Extraño. Es la palabra que lo define; decidí no refutar y tomar la almohada que había lanzado al suelo para tomar una siesta, ya al rato organizaría mis pensamientos que estaban hechos un caos.

Me levanté de la cama y pase a tomar la almohada, pese que algo llamó mi atención, debajo de esta había un collar negro con una piedra verde esmeralda como dije, que a mí parecer brillaba bastante.

El Rey AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora