- 𝟬𝟲 -

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(AU)

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(AU)

Querido amado mío:

Te veo del diario, cada día me enamoras más. Eres medio rarito, pero, sinceramente, ¿quién no podría amarte así?

Siempre que te veo, siento dentro de mí, que mi corazón que late. Una sonrisa que se pierde en tu boca...

Francamente, espero poder ser correspondido. También, el pequeño detalle es de mis ahorros, pensé en ti al comprarlo. ¡Disfrútalo?

Atte: El posible amor de tu vida. <3

Otra vez esas notas

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Otra vez esas notas. Era la millonésima vez, de muchas otras...

Arrugó el papel, y lo metió en su mochila. Ignoro el hecho de que esta era la tercera que aparecía, de muchas notas en su casillero; lo que llamó su atención fue la cajita brillante que estaba debajo.

La tomó, y revisó el contenido.

Tenía una ligera sospecha de saber quien las mandaba. Había dejado comentarios entre sus amigos cercanos pero el contenido de la cajita le confirmó quien era.

El dije que estaba dentro, solo se lo había dicho a una persona muy específica, pero a él le dijo que se lo había dicho a la mayoría pero fue mentira. Casi nadie sabía que quería algo así para su próximo cumpleaños.

— ¿Ya tienes a alguien? — habló burlesco Barnes

— No, idiota. Solo es algo que mi padre me dio por la mañana pero no tiene importancia — metió la cajita entre sus cosas

— Bueno, si tu lo dices —movió los hombros restándole interés — entonces, ¿a dónde vamos?

—Tengo ganas de ir comer...

Su sentido le decía que Barnes era el que lo hacía pero después de todo, nadie tenía porque saberlo.

— Perfecto. Vamos.

La tarde se fue en ambos paseando por la plaza comercial. Entraban a una que otra tienda ver ropa o observar la zona de juguetería para ver los juguetes costosos que los niños odian tener.
También en cómo entraron a una tienda a comprar snacks, Zemo se perdió cuando vio los palitos de galleta con crema de mora.

James sabía a la perfección que eran su perdición. Decidió comprarle un par de paquetes y dárselos después.

Unas horas más, decidieron ir a casa de James. Quería perder el tiempo para poder armarse de valor y decirle que lo sabía. Pero lo dudo mucho.

James se acercó a la entrada de su puerta, sacó las llaves. Abrió y lo invitó a pasar.

Suspiro, era ahora o nunca.

— Necesito hablar contigo sobre algo... — vió como el otro cambió de semblante — no quiero que pienses mal, James.

Abrió su mochila, sacó la carpeta donde, con tanto cariño, guardaba las notas; cada una, enumerada, unas estaban dobladas por la mitad, otras arrugadas o hechas bolita.

Sacó unas cuantas, y se las mostró en prueba de que ya sabía que era él. Si tuviese que describirlo, diría que estaba estupefacto con una pizca de sorpresa, y algo más.

— ¿Eres tú? — le mostró las notas — todo esto para que seas tú...

— ¿Qué?

— Lo voy a preguntar una sola vez, ¿por qué?

— ¿Por qué? — le miró desconcertado — no entiendo la pregunta, parece que no soy quien esperabas

— ¿Lo admites?

— No voy a admitir algo que no he hecho, parece que tenías un admirador secreto...

— Querido descuidado:
¿No sé qué pensaste? Si asistí a la cita, pero estabas tan ocupado que no te diste cuenta. Si tanto quieres conocerme, pon más atención a tu alrededor, parece que no identificas a simple vista lo que tanto pides. — leyó una de las notas — se que eres tu, porque menciona “Si asistí a la cita...”, tu fuiste conmigo a esa cita que organice con el dueño de las notas. Yo espere y al ver que no llegó nadie, entras diciendo que fue casualidad encontrarnos ahí

— ¿Por qué yo? — negó con la cabeza — puedes ser el idiota de John u otro, no yo

— El dije — se apuró a sacarlo de la bolsa delantera de su mochila — se que dije que se lo había dicho a todos, pero fue mentira, solo te lo mencioné a ti. ¿Por qué no lo aceptas, James?

Lo vio dudoso. Su rostro era una mezcla de sentimientos. Posiblemente si tenía miedo.

— Estoy enamorado de mi mejor amigo... — escuchó su voz silenciosa, en espera de ser rechazado — soy el responsable de las notas de amor, Helmut

Fictober WinterBaron 2021.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora