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—¿Jade? — tomó entre sus manos las piedras que resaltaban de color azul
— Está piedra simboliza justicia, valor, sabiduría. Cada característica adaptada a tu verdad... — dedicó una mirada de cariño —es una piedra sagrada en China y otros lugares del mundo
— ¿Zafiro azul? — volteó hacia el lado contrario observando la luz tenue que les hacia compañía —¿el anillo de oro blanco y un diamante?
—Son todas para ti... — suspiró — el zafiro es para fortalecer todo esto
— El anillo parece más de compromiso — entrecerro los ojos — ¿qué planes tienes, James?
— Es más de una promesa. Si lo pones en tu mano sabré que aceptas unirte a mi, en algún futuro — le dedicó una sonrisa amorosa
— Lo pensaré... — dijo cauteloso — las flores no eran necesarias
— Si lo son. Aparte te encanta que te de flores, ¿qué hacemos? — preguntó con el mismo tono — siempre será algo perfecto para ti, un ramo de rosas rojas, representando la pasión y el amor que tengo hacia ti
— ¡Gracias! — sobó Helmut su nariz
— Entonces, ¿es un anillo de promesa? Es de noche, son las 4:58 am" escandalizó Zemo — quiero acostarme para descansar
— Es bastante temprano para que sea más especial — sonó bastante serio James
— El perro frío lo soportas tú más que yo, así que deja de joder con salir — se encaminó en dirección de regreso — no dormirás conmigo...
— ¿Quién? — preguntó a espaldas suya
— Tú, ¿quién más? — volteó
— Somos pareja... — se quejó
— Ahorita no me interesa — siguió su camino mientras bostezaba con cansancio — prepara algo mejor, la madrugada o el amanecer no es la mejor idea en un lugar tan jodidamente frío, James
— Lo intenté, ¿no?
— Si, cariño. Pero tengo frío y es muy pero muy temprano. No me molesta, incluso lo agradezco muchísimo pero así no era... — detuvo su paso para esperar a James — Te amo demasiado, ¿lo sabes?
— Por supuesto. Te amo.
— Bueno, podemos caminar y ver la puesta del sol, ¿qué te parece? — se acercó a James mientras lo abrazaba por lo bajo — podrías leerme algo, en lo que amanece...
— El jodido libro de poesía viejo que tanto te gusta, ¿ese quieres? — repitió la acción del contrario, quedando ambos abrazados
— Exacto. Gracias por recordarlo.
— Será un placer hacerlo. — le plantó un beso en la mejilla a Zemo sintiendola fría al contacto — podemos regresar...
— No, estoy bien.
— Bueno, gracias por aceptar mis anillos. Prometo cambiarlo uno pronto...
— Eso espero, cabeza hueca. Por lo mientras regresemos a casa y subamos al techo a esperar el amanecer mientras me lees ese libro viejo — sonrió Zemo sabiendo que era muy auténtico lo que hacían como pareja en los amaneceres, en ocasiones.
