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— ¿Amor — sugirió Helmut
— Lo odio
— ¿Corazón?¿Amor de mi vida?
— Me cagan, son muy básicos y normalizados. — hizo una mueca de asco
— ¿Entonces? — Zemo quería golpearlo
— No sé, busca uno
— Little hell, ¿te suena original?
— Suena genial, y te queda perfecto
— ¿Eso te sueña cariñoso, James? — golpeó levemente en su brazo
— Lo suficiente para demostrar mi amor hacia ti
— James, por amor de Dios. — le miró sin comprender — realmente deberías reconsiderarlo, por tu bien
— Podemos simplemente llamarnos por nuestro nombre, no hay necesidad de tener apodos de cariño...
— Deberías arrepentirte de lo que acabas de decir, James. — amenazó con semblanteserio — lo siguiente qué dirás será un lindo apodo para mi, no tu estupidez en inglés; y si dices otra cosa, no me busques hasta que estés arrepentido
James lo sabía. Conocía tan bien sus gestos que supo, de inmediato, que hablaba enserio. Ahora debía decir algo lindo para no tener problemas.
— ¿Renacuajín?
— ¡Vete al diablo! — lo empujó Helmut
— ¡Espera!
— Te di una sola jodida oportunidad, y sales con tus comentarios tontos. — comenzó a caminar por la acera — ahora voy a esperar una jodida disculpa por tu estúpido intento por parecer gracioso, James
— ¡Perdóname!
— No. Esfuérzate en que lo haga.
— ¿Sweetie? Es lo más empalagoso que se me ocurrió, ¿está bien? — le seguía el paso
— Es perfecto, pero sigo sin perdonar tu ofensa. — se detuvo mientras se volteaba en su dirección — el tuyo será Honey, ¿sí?
— Por supuesto, sweetie. — sonrió satisfecho James
