Prólogo

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Manjiro Sano ya no tenía esperanzas, había sucumbido a los impulsos oscuros que habían sido parte de el desde la muerte de su hermano, y que cada vez lo asfixiaban más conforme iba perdiendo a sus seres queridos; la muerte de Emma en sus brazos fu...

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Manjiro Sano ya no tenía esperanzas, había sucumbido a los impulsos oscuros que habían sido parte de el desde la muerte de su hermano, y que cada vez lo asfixiaban más conforme iba perdiendo a sus seres queridos; la muerte de Emma en sus brazos fue la que lo empujó al vacío definitivamente. Se había alejado de todos sus amigos para protegerlos, mantenerlos felices y darles un buen futuro, había hecho que lo odiaran, que lo repudiaran para que no lo buscarán y fueran felices sin el.

Entonces no comprendía...

¿Por qué Takemichi estaba ahí?

¿Por qué lo quería seguir salvando cuando el ya no tiene salvación?

Desde que Sanzu le había dicho que había un chico de cabello negro y ojos azules preguntando por él, en cada uno de los escondites que Bonten usaba, lo supo.

Takemichi había vuelto del pasado.

¿Por qué no se podía conformar con la vida feliz que había hecho junto a Hina?

Había alejado a su corazón, a la única persona que mantenía su humanidad, todo por no lastimarlo. Para que el no fuera tragado por la oscuridad de Mikey, para protegerlo de él mismo. Trataría de proteger lo único importante que le quedaba, no importaba si el debía sufrir en el intento, no le importaba quedarse solo.

Los protegería a todos y cada uno de ellos.

Cómo no había podido proteger a su hermano, ni a Baji y sobre todo, como no había podido proteger a su hermana.

Estaba enojado, cuando vio esos ojos azules mirarlo con miedo y esperanza, sintió la rabia consumirlo.

¿Por qué quería echar todos sus esfuerzos a la basura?

Con la rabia cegandolo, tomo el arma que guardaba en su bolsillo y le disparó a Takemichi en el pecho. El de cabello negro se veía sumamente sorprendido al ver las acciones de Mikey.  Tomo su pecho incrédulo y quedó de rodillas al sentir los dos
impactos de bala más que le había dado Mikey.

— Mikey...

La mano de Manjiro que aún levantaba el arma tembló, sintiendo el dolor y la culpa consumirle al ver lo que había hecho.

Le había disparado a una de las pocas personas que aún se preocupaban por él.

El peso de la culpa que había estado cargando por todos estos años, se hacia cada vez más fuerte. Decidido a pagar todos sus pecados (que era una idea que le había estado rondando por la cabeza desde hace mucho tiempo), se dirigió  con pasos pesados hacia las escaleras del edificio abandonado donde se encontraban en ese momento, con una dirección en específico, la azotea.

Subiéndose al bordillo que lo separaba de una caída de más de 10 metros de altura.

Sabía que una vez que terminará con su vida, por fin iba a poder reunirse con su familia de nuevo.

— Aquí estoy chicos—. Sonrió al ver en sus alucinaciones a todos los chicos de la Tokyo Manji reunidos frente a él. Mirándolo que respeto y admiración mientras le sonreían, ahí también se encontraba Emma, Shinichiro e incluso Izana, regalando le una cálida sonrisa que hizo que las lágrimas empañarán su visión. Con esa última imagen antes de morir salto al vacío.

Caía con los ojos cerrados, no sentía ningún miedo a morir, simplemente se sentía aliviado.

Por fin dejaría de sufrir.

Sus divagaciones finales fueron interrumpidas al sentir una mano detener su caída. Era Takemichi, que con los ojos bañados en lágrimas lo miraba, tratando de salvarlo con las últimas fuerzas que le quedaban.

— ¿¡Qué demonios crees que estás haciendo, Manjiro!?—. Le gritó Hanagaki sorprendiendo a Mikey, el ahora pelinegro nunca se había atrevido a levantarle la voz.

— Esto es lo mejor para todos, Takem...

— ¡Cállate, eres un completo idiota! ¡Siempre pones a todos por delante de ti Manjiro, piensa por un segundo en ti!

— Yo solo... Yo solo los quiero salvar a todos...

— ¿Pero quién te va a salvar a ti, Manjiro?

Mikey siempre se había preocupado por sus amigos, siempre trato de verse como un líder fuerte, sin fragilidades, confiable, sin sentimentalismos. No se permitió llorar frente a ningún miembro de su pandilla, ni cuando murió Shinichiro, Baji o Emma. Sufrió en silencio, mientras se destruía por dentro y les regala una sonrisa tranquilizadora a sus amigos y a su abuelo.

— Los quería salvar a todos Takemichi—. Dijo Mikey con la voz quebrada mientras rompía en llanto, sintiendo las lágrimas bajar sin desenfreno por sus mejillas—. A todos los que no pude proteger.

El agarre de Takemichi poco a poco se iba perdiendo, y el cuerpo de este cada vez se hacía más pesado, no aguantaría mucho, pronto los dos morirían.

— ¡Aún podemos, Manjiro! ¡Los salvaremos!—. Gritaba Takemichi con convicción, con las pocas fuerzas de su cuerpo desvaneciéndose.

El cuerpo de Takemichi perdió la fuerza fue llevado junto al de Mikey por la gravedad. Mientras caía al vacío, aún podía sentir la cálida mano de Takemichi tomando la suya con fuerza. Su último pensamiento antes de precipitarse al vacío, fue dirigido hacia la primera y única persona que ocupo su corazón.

Ken-chin, por lo menos me hubiera gustado decirte que te amo antes de morir.

Me emociona mucho hacer está fic, creó que tengo ideas bastante buenas que espero poder plasmar bien y darle una buena estructura a la fic

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Me emociona mucho hacer está fic, creó que tengo ideas bastante buenas que espero poder plasmar bien y darle una buena estructura a la fic. Aún no me convence del todo el nombre de la historia, así que probablemente lo cambie cuando piense en uno mejor.

Está historia solo tendrá Drakey, básicamente, aunque igual haya alguna mención de algún otro, todavía no estoy segura.

Siento que me estoy emocionando publicando y publicando historias, espero si poder con ellas y terminarlas 😅 Disculpen si hay errores ortográficos.

¡Espero les haya gustado el primer capítulo!

¡Nos leemos en el siguiente!

Cambiando el pasado «Drakey»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora