13 | Dibujos de palitos |

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Antes de empezar:

Buenas, tkm, dejen en los comentarios lo que se les hace más fácil dibujar. Yo, hojas, no sé porqué xd.

Les recomiendo reproducir la canción que está en multimedia. *les manda un beso a las directioners*

Ya, ya pueden pasar. 

Sally

Jamás había ido a clases de dibujo, por lo que su ofrecimiento a dibujarla había sido más por impulso que por confiar en lo que hacía al pedirle el cuaderno; aún así, empezó a trazar las líneas en la hoja de papel, mirando efusivamente a Delia, copiando sus gestos en carbón.

Tenía que admitirlo, los ojos le habían quedado torcidos y la nariz no le salía. Era pequeña y redonda, pero no lograba retratarla de una forma que le hiciera justicia. Elevó la mirada hacia ella, que había adoptado una posición relativamente sencilla de dibujar, con las piernas abrazadas contra su pecho. Su cabello entre naranja y miel caía a los lados de su rostro, apuntando en todas direcciones.

Alejó la libreta, comprando las vistas. Hizo una mueca. Estaba horrendo. Era un asco dibujando.

Delia captó su gesto y se movió muy rápido hacia ella, intentando echar un vistazo, sus piernas se quejaron, adormecidas. Se giró hacia Sally, elevando las cejas con una sutil demanda.

—Quiero ver.

La chica soltó una carcajada y alejó el cuaderno de su alcance.

—Ups, no.

Delia no vaciló, inclinándose con el brazo extendido hacia adelante. La espalda de Sally chocó contra la base acolchada del asiento de la ventana. Pronto se dió cuenta de que la dimensión de todo a su alrededor pasó a ser diferente.

«¿Me caí? ¿Me lancé? Quién sabe».

Delia estaba sobre ella, intentando atrapar la libreta con su brazo libre, mientras que el otro se encontraba a un lado del cuerpo de Sally, apoyándose sobre su cuerpo, sin caer en cuenta de lo que estaba pasando.

El cerebro de Sally lo procesó todo a paso de tortuga.

La electricidad se cortó de nuevo, eso lo notó cuando Delia movió la cabeza hacia arriba repentinamente.

Tan pronto notó su movimiento, fue consciente de la mirada sobre su rostro. Había dejado de intentar alcanzar el sketchbook, así que ahora, ambas manos estaban apoyadas a los costados de su cuerpo.

«¿Se estaba sonrojanda o eran imaginaciones mías?».

Hicieron contacto visual. Sally sintió un interesante calor en las mejillas. Sentía la intensa mirada de Delia recorriendo su rostro, así que se rió, porque no sabía qué hacer.

Cómo pasar vergüenza cuando tienes a una chica sobre tí, lección uno. Experta en la materia: Sally Rodríguez.

En realidad, sí sabía qué hacer, pero entre pensarlo y hacerlo, había varios pasos que tener en cuenta y no sabía si darlos o quedarse en el mismo lugar.

Delia se aclaró la garganta. Ahora era ella quien parecía nerviosa.

—¿Ya puedo verlo? —preguntó entrecerrando los ojos para ver mejor bajo la poca luz de los rayos.

—Mmm... —se estaba divirtiendo mucho con eso, los roles habían cambiado y le estaba agradando ser quien ponía nerviosa a la otra—. Dime algo primero —respondió en un arrebato de seguridad. Tenía que aprovecharlo. Delia se vio algo confundida, pero terminó por asentir—. Sabiendo que voy a sonar como loca y siendo muy salido de mi parte, ¿crees que sería muy raro que quisiera...?

Delia ladeó la cabeza a la espera de que terminara la frase.

«Ay, mi alma».

—¿Que quisieras qué?

—Olvídalo —hizo amago de levantarse y apartarla de encima, pero ella la detuvo poniendo una mano en su hombro. Sus ojos estaban chispeando, como si estuviera por adivinar la pregunta.

—Dime —demandó.

—Ya no creo que pueda —respondió, acompañada de una risa nerviosa, con el calor apoderándose de sus mejillas apresuradamente.

—Si no puedes decirlo, solo hazlo —dijo, alzándose de hombros.

Al parecer lo decía en serio, su mirada parecía alentarla en silencio con un brillo de diversión en sus ojos.

Pues lo haría.

Con la cara caliente, en la oscuridad, dejó caer la libreta a un lado. Se inclinó hacia adelante, sin apartar la mirada de la suya, leyendo con cuidado cualquier señal.

El espacio entre sus respiraciones se cerró. Cerraron los ojos, embargadas por el roce de sus labios. La lluvia aumentó como si su propósito fuera ser la banda sonora del momento.

Se separaron, y rompieron a reír.

Delia se apartó de encima, y se dejó caer a un lado, apoyando la espalda contra la ventana. Cerró los ojos, sonrojándose. Sally se incorporó con la cabeza dándole vueltas.

—Bueno, lo hice.

Se rió, negando con la cabeza.

—Por suerte —agregó Delia.

—Te voy a mostrar el dibujo, pero no te rías, ¿de acuerdo? —advirtió, acomodando unos rizos tras su oreja.

Tomó la libreta con ambas manos y la giró hacia ella. Los ojos de Delia se abrieron con sorpresa y una mueca difícil de explicar —terror, sería lo más acertado— se formó en su rostro. Titubeó, sin encontrar ninguna palabra que decir.

Su reacción era totalmente racional, el dibujo estaba horrendo.

Sally soltó una carcajada, sin poder aguantar más ante su aturdimiento.

—Está horrible, no te preocupes —la tranquilizó Sally.

—Yo...

—Tranquila, solo sé dibujar palitos —miró el dibujo—. Yo tampoco sé qué es esto.

Soltó un suspiro de alivio, apoyando una mano en su pecho.

—Gracias a Dios, no tenía ni idea de qué decir. Incluso me asustó un poco.

—Bueno, tampoco seas rata —bromeó. 

***

JKSJDASJDA NO SÉ QUÉ DECIR

Solo espero que estén bien, que sus trabajos o colegios no los coman vivos y que pasen las navidades bien. 

Por ciertooo, hice una playlist (hace mil años, pero equis) de la historia, si la quieren revisar en el link de mi perfil está el 

Recuerden votar, comentar y compartir si les gusta y así ayudan a que las nenas crezcan, muak. 

Baiii, nos leemos.

Baiii, nos leemos

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Bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora