La misión que me auto impuse engañando a Quirón fue todo un éxito, si es que se le puede llamar misión deshacerme de unos ciclopes que gustaban comer de semidioses y sátiros que encontraban al sur del campamento. Una misión sencilla, en efecto ese pensé. No es como si no me hubiera enfrentado a algún monstruo antes, pero estos ciclopes no eran cualquier ciclope, eran unos muy grandes, unos ya adultos. Antes de mandarlos de regreso al Tártaro pensé en preguntarles por qué no estaban en las fraguas submarinas de Poseidón, dado que la mayoría de los de su especie trabajaba en ellas, pero de nada me servía saberlo si pronto ya no estarían dando problemas.
Encontrarlos no fue difícil, sabiendo en que barrio merodeaban solo tuve que buscar a dos tipos gigantes. Y claro que eran muy visibles, incluso los mortales intentaban evitarlos, talvez veían a unos tipos grandulones con cara de busca problemas. Si no fuera porque podía ver a través de la niebla estoy segura que incluso yo los hubiera evitado a toda costa. Pero por desgracia podía ver sus horrendas caras.
Se adentraron en un callejón, yo los seguí y bajé la capucha de mi abrigo negro. Parecieron no notarme, así que me escondí detrás de un contenedor de basura y descolgué mi arco de mi espalda, puse una flecha en el y lo tensé, esperando la oportunidad perfecta para atacar. Con el paso de los años descubrí que mi fuerte no era el ataque directo, sino a distancia, por lo que entrené lo máximo posible para volver mi debilidad en usar la espada a mi beneficio. En el momento en el que uno de ellos se giró en mi dirección -seguramente pudo olerme- dispare. El ciclope desapareció en una explosión de polvo marrón. El otro se abalanzo en mi dirección, pero su gran tamaño lo hacía lento, una ventaja para mí.
Deje de esconderme y lo esquive con un rápido movimiento. Saqué mi cuchillo (el cual Luke me obligaba a usar) y corrí en dirección al monstruo. Como ya dije, los combate cuerpo a cuerpo no eran mi fuerte en absoluto (a menos que se tratara de patearle el trasero en artes marciales a algún campista que no fuera una hija de Ares) pero era una medida desesperada, el factor sorpresa ya se habla acabado y desde esta distancia el arco me era inútil.
Pensé en el helado más frio del mundo, en la Antártica y en las vacaciones de cuando tenía siete y fuimos a esquiar. El hielo era otro de mis puntos débiles, pero logre concentrarme lo suficiente como para sentir mi mano izquierda más helada de lo normal. Apunte en dirección al pie del ciclope y un rayo blanco azulado salió disparado de mis dedos y dio directo donde quería.
Uno de sus pies se congelo por completo, lo que me dio la ventaja. Agarre impulso y di un salto para clavar mi cuchillo directo en su pecho. Al igual que su amigo, desapareció en una explosión de polvo.
Me deje caer al suelo para calmar mi respiración. A pesar de todo el entrenamiento que había tenido, seguía alterándome cada vez que me tocaba luchar frente a frente con un monstruo.
***
Las calles de Manhattan seguían tan atiborradas de personas como recordaba (a pesar de ser casi media noche). Hogar, dulce hogar, Tantos años sin ver los rascacielos tiendas ni oler ese particular olor entre mezcla de comida rápida y aceite de auto me pusieron sentimental.
Estuve haciendo un recorrido por algunas tiendas antes de decidir volver, no sin antes parar en una tienda de chocolates y comprar unas cuantas raciones para el mes. Bendito Nueva York y sus horarios de trabajo explotadores, muchas tiendas seguían abiertas hasta horas de la madrugada.
En verdad me había planteado visitar a mi familia, pero descarte ese pensamiento al instante.
Aun así, caminé recto por la avenida Madison, hasta dar con mi antiguo edificio, tan moderno y elegante como la última vez que lo vi. Una parte dentro de mi esperaba que mis tíos salieran por la puerta y me reconocieran. Pero a esta hora seguro estarían durmiendo o viendo algún programa de televisión cerca de la chimenea, que a pesar de ser verano debían tener encendida. Pero con la tormenta que se acerca, cualquiera tomaría sus precauciones.
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Cursed Witch |PJO|
FanfictionMorgana puede ser todo menos una chica normal, y todo esto se debe a que su familia no es la más normal del mundo. Con solo nueve años se le es revelada su verdadera procedencia. Gracias a esto Morgana comprende que las historias que le contaron en...