Cursed Witch |PJO|

7: ¿Una mano? No gracias, tengo varias

Apenas desperté lo primero que vi fue la cara de Connor. Él estaba durmiendo sentado en una silla cercana a mi cama, su boca estaba abierta y algo de baba bajaba por su barbilla. Lindo.

Me sentía como nueva, todo el cansancio en mi cuerpo había desaparecido, junto a los moretones y heridas provocadas por la batalla con el Minotauro. El Minotauro....

Pegue un salto que casi me tiró de la cama.

—¡Connor! ¡Connor, despierta! —él parecía estar profundamente dormido, porque ni siquiera movió un musculo. Una gran parte de mi esperaba que cuando despertara le doliera el cuello.

Connor era la persona con el sueño más pesado en mi vida había conocido, estaba segura que ni un terremoto era capaz de despertarlo. Traté de levantarme para ir a sacudirlo, pero mi pierna, pero mi pierna no me dejo. La ambrosía no era capaz de sanar todo al instante.

Estúpido Minotauro, cuando reaparezcas iré personalmente a arrancarte el otro cuerno.

Nuevamente trate de llamar la atención de Connor, pero claro, él prefería estar soñando sabrá Zeus qué. Levante mi mano en su dirección y la moví hacia la izquierda, la silla salió disparada hasta la pared y Connor cayó al piso en un estruendo que estoy segura escucharon hasta en el comedor. Suelto un quejido y se sentó en el piso, ojalá se hubiera golpeada en la cabeza, tal vez de esa forma se alinearan sus neuronas.

—¡¿Qué está mal contigo?!

Tú, quise responder, pero lo mejor era ignorarlo.

—¿Qué paso con el chico que estaba conmigo?

—¿Qué chico? —hice una mueca, reprimiendo las ganas de levantarme a recoger la silla y golpearlo con ella.

—El que me acompaño hasta la casa grande.

—¿Estabas con un chico?

Moví mi mano e hice que un florero cayera en su cabeza. Tiene el cráneo duro, no se preocupen.

—¿Y el sátiro?

—¿Qué sátiro?

Cuenta hasta diez Morgana, tal como te enseñó Luke.

—¿Por qué estas aquí Connor? —él se puso de pie mientras se pasaba la mano por la cabeza, justo donde el florero lo golpeó.

—Luke me dijo que estabas aquí, has estado dormida casi un día completo.

Al escuchar eso me puse de pie sin dudarlo, al cargarme en mi pierna herida solté un gruñido de dolor, pero aun así conseguí caminar hasta la puerta. Me preguntaba por qué Quirón no me dejo en la enfermería, pero eso podía averiguarlo después. Estaba en el segundo piso, en una de las habitaciones para invitados, así que con algo de esfuerzo logré llegar hasta las escaleras, pero hice una mueca al verlas. Nunca me habían parecido tantos escalones. Para mi suerte Connor llegó hasta mi lado y con su ayuda logre bajar la escalera sin sobrecargar mi pierna, necesitaba que sanara rápido si quería volver a entrenar.