Al final de cuentas tuve que regresar al vagón, estábamos llegando a una ciudad y no podía seguir apartada de ellos. Conociendo a Annabeth seguro ella consideraría dejarme atrás si causaba muchos problemas.
Por una de las ventanas pude observar como un enorme arco desaparecía detrás de un hotel, se me hacía conocido, pero aun así no pude recordar su nombre. Gladiolus seguía en mis brazos, ahora durmiendo plácidamente. En silenció volví a sentarme, sin decir palabra alguna o siquiera mirar la cara de Percy. El enojo aún estaba presente en mí.
Nos metimos en la estación del centro de Amtrak. El intercomunicador nos dijo que tendríamos una parada temporal de tres horas antes de partir hacia Denver.
Grover se estiró.
—Comida —dijo antes de estar completamente despierto
—Vamos, chico cabra, — dijo Annabeth. — Turismo.
—¿Turismo? —pregunté yo, confundida. No me sentía con ganas de caminar por la ciudad, pero tampoco me quería separar de ellos.
—El Arco la puerta, — dijo ella. —Esta podría ser mi única oportunidad se subir a la cima. ¿Vienen o no?
Entre Grover, Percy y yo intercambiamos miradas.
Por mi encantada me hubiera quedado las tres horas en el tren, pero repito; no me iba a quedar sola. Además, dejar a Annabeth por su cuenta no era algo bueno, algún monstruo la podría atacar. Aunque estaba segura de que ella se podría defender por sí misma.
Grover se encogió de hombros.
—Mientras haya un snack bar sin monstruos.
***
El Arco estaba como a una milla de la estación del tren. A final del día las colas para entrar no eran tan largas. Hicimos nuestro camino hacia el museo subterráneo, mirando vagones cubiertos y otra basura del siglo XVIII. No era tan interesante, pero Annabeth seguía contándonos hechos interesantes acerca de cómo fue construido el arco, y Grover continuó pasándonos caramelos de goma, así que me concentre en eso en vez de la aburrida charla de Annabeth.
En todo momento Percy miraba sobre su hombro, como buscando algo. No pensaba hablarle primero, así que me tuve que guardar las ganas de preguntarle.
—¿Hueles algo? —escuché que le murmuró a Grover.
Él sacó su nariz de los caramelos de goma lo suficiente para oler.
—Subterráneo, — dijo con disgusto. —El aire del metro siempre huele a monstruos. Probablemente no significa nada.
Era mi primera vez en un subterráneo. A pesar de vivir toda mi vida en Nueva York, siempre caminaba o usaba taxi, además de las veces que salí de la ciudad en el auto de mis tíos. Para mí el subterráneo era un mundo completamente nuevo, maloliente pero nuevo.
—Chicos, — dijo Percy. —¿Conocen los símbolos de poder de los dioses?
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Cursed Witch |PJO|
FanfictionMorgana puede ser todo menos una chica normal, y todo esto se debe a que su familia no es la más normal del mundo. Con solo nueve años se le es revelada su verdadera procedencia. Gracias a esto Morgana comprende que las historias que le contaron en...