𝑫𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔 𝑾𝒐𝒎𝒂𝒏 [𝑲𝒆𝒏 𝑹𝒚𝒖𝒈𝒖𝒋𝒊/𝑫𝒓𝒂𝒌𝒆𝒏]

# 28

—22:00 horas, 24 de diciembre—

La mayoría de las personas se encontraban celebrando Navidad, pero en cambio Viktoria se encontraba teniendo una tranquila conversación mientras que la otra persona no dejaba de soltar gritos de dolor.

—Nadie te escuchara, así que deja de hacer tanto escandalo, solo te han disparado en la pierna.

—Maldita zorra.

Viktoria chasqueo los dedos y a los segundos el hombre fue obligado a tomar una especie de liquido rojo, la pelinegra solo observo como el rostro del italiano comenzaba a tornarse de un color entre morado y negro.

—Te lo volveré a preguntar ¿Dónde están las armas que nos robaste?

—Vete a la mierda.

—Respuesta incorrecta.

El sonido de un disparo se escucho por todo el lugar, al igual que los gritos del hombre, Viktoria soltó un suspiro de molestia al tener que hacer eso en el día de navidad, nunca se imagino que tendría que infiltrarse a ese club donde se encontraba su objetivo junto con algunos miembros de la mafia Meyer.

—Duele demasiado ¿Verdad? Pues sentirá más dolor si no empiezas a hablar, ya que el liquido que tomaste es un veneno que provoca hemorragias internas, por supuesto que no morirás al instante porque no seria nada divertido que te mueras al instante... Probablemente dures unas cuatro horas sufriendo, bueno eso fue lo que duro la ultima persona que lo bebió. Sera entretenido ver cuanto tiempo resistas el veneno hasta que tu cuerpo colapse.

Una sonrisa apareció en el rostro de la pelinegra al ver el rostro de terror y pánico del hombre cuando escucho acerca del liquido que había tomado, el italiano rompió en llanto por temor a morir, decidió hablar y suplico que le dieran el antídoto, aunque el hombre ya estaba condenado a morir.

—Se los entregue al joven Meyer.

—Ese hijo de puta.

—Tomen el dinero que se encuentra en los maletines como compensación de las armas.

—Por supuesto que lo tomaremos, aunque enviarle tu cuerpo desmembrado a tu hermano será una clara advertencia para el resto que intente robarnos.

—No, no, no, por favor.

—Ya saben que tienen que hacer chicos.

—¿Por qué obedecen a esa mocosa? Es una maldita zo...

El hombre no pudo continuar hablando por el fuerte golpe que había recibido en su estomago, la pelinegra solo observo como sus empleados lo golpeaban, dejo de prestarle atención cuando escucho el maullido de un gato que se encontraba cerca de sus pies.

—Que gatito tan lindo eres ¿Cómo puedes estar una lindura como tu en este horrible lugar? 

—Te llevare a casa y te cuidara Baji por mi.