𝑫𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔 𝑾𝒐𝒎𝒂𝒏 [𝑲𝒆𝒏 𝑹𝒚𝒖𝒈𝒖𝒋𝒊/𝑫𝒓𝒂𝒌𝒆𝒏]

# 33

Sus ojos grisáceos observaba como las flores son consumidas por las ardientes llamas de la chimenea, cuando recibió aquel ramo de azucenas blancas lo primero que hizo fue arrojarlo al fuego, ni se molesto en leer la dedicatoria porque sabia perfectamente quien era el responsable de haber enviado ese ramo.

—Definitivamente te asesinare, Albert.

—Es hora de irnos ¿O has cambiado de parecer?

—Vámonos, Luka.

Salieron de la residencia Nikiforov y todos los hombres se subieron a diferentes autos blindados, este año la reunión se llevaría en alguna de las mansiones que había en la cuidad de Shibuya, el transcurso del viaje fue en silencio y lo único que se escuchaba eran las respiraciones de cada uno.

Llegaron a su destino, era una gigantesca mansión de color blanco y habían varios hombres armados afuera de ella, cuando bajaron Viktoria miro con neutralidad y desinteresada a las personas que la observaban, después de todo no era común ver en ese tipo de sitio a una chica que aun asistía a la escuela.

—No vayas alejarte de nosotros.

Simplemente asintió y comenzaron a subir las escaleras de mármol, las puertas se abrieron. Únicamente entraron Viktoria, Luka, Aleksi y Andrey mientras que el resto de los hombres se quedaron afuera, avanzaron por el salón de fiesta que estaba repleto de lujos y extravagancias.

—Luka ¿Dónde esta mi familia?

—Todavía no han llegado.

—Ya recuerdo porque no asisto a estas fiestas-dijo Viktoria mientras sentía las miradas penetrantes de los hombres sobre ella, aunque le estaba molestando que las mujeres estuvieran babeando por sus guardaespaldas.

—¿Acaso sus hombres no las complacen? No les quitan la mirada de encima, ni se les ocurra volver a verlas.

—¿Celosa, Viktoria?-dijo Luka mientras le entregaba una copa de vodka a la femenina.

—Por supuesto que no, solo que a mi no me gusta compartir lo que es mío. Les recuerdo que sus vidas me pertenecen-dijo Viktoria sonriendo mientras observaba a sus tres hermosos guardaespaldas que evitaban que cualquiera se le acercara. 

La fiesta trascurrió con normalidad hasta que llegaron el resto de la familia Nikiforov, la de cabellos negros ya tenia suficiente con que se devoraban con la mirada a sus guardaespaldas como para soportar que ahora se estuvieran devorando a sus hermanos y a su padre.

—¿Por qué tienen que ser tan jodidamente sexys todos ustedes?

—Se llama genética.

—Váyanse al demonio todos ustedes.

—No te enojes, hermanita. De todas maneras a ninguno de nosotros le gusta como te están desvistiendo con la mirada.

La de cabellos negros rio al recordar que tanto como Luka y Aleksi ya la habían visto desnuda, sus hermanos le preguntaron que era lo que le causaba tanta risa, pero ella negó con la cabeza ya que si se enteraban probablemente los asesinaría o peor aun le asignaban otros guardaespaldas.