𝑫𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔 𝑾𝒐𝒎𝒂𝒏 [𝑲𝒆𝒏 𝑹𝒚𝒖𝒈𝒖𝒋𝒊/𝑫𝒓𝒂𝒌𝒆𝒏]

# 39

—¿Qué hacen aquí?

—Vinimos a buscarte.

Viktoria supuso que alguno de ellos había golpeado al guardia para poder entrar a la escuela, la de cabellos negros se encontraba en la biblioteca estudiando junto con Andrey, quien era el único que tenia autorización de poder entrar a la escuela, empezó a guardar sus cosas dentro su mochila para luego levantarse de su asiento.

—Están llamando demasiado la atención, así que mejor vámonos-dijo Viktoria mientras observaba como los demás estudiantes observaban con curiosidad al grupo de chicos.

—¿Acaso te importa lo que opinan los demás sobre ti?

—Son insignificantes las opiniones de estos chicos ricos, son tan cobardes que solo pueden hablar a las espaldas de uno.

—Pero también eres rica ¿O no?

—Estas insinuando ¿Qué me parezco a esas chicas?

Los chicos observaron hacia al grupo de chicas que estaba señalando Viktoria, era bastante evidente que no se parecían en nada con la de cabellos negros, Andrey rio al ver que la femenina nuevamente le habían comido el cerebro los zombies, varios insultos en ruso escaparon de sus labios pero guardo silencio al ver que sus compañeras de clase estaban coqueteando con sus amigos de pandilla.

—No vayas a golpearlas.

—¿Cómo crees que voy a golpearlas, Andrey?

—Te conozco, Viktoria. Y es mejor que no le hagas nada, si no quieres que Luka venga nuevamente a hablar con el director.

—Ni me lo recuerdes. Hasta las profesoras andaban de calenturientas por Luka.

Viktoria abrazo por la cintura a Kakucho para luego sonreírle, mientras que el grupo de chicas se tenso al observar a la de cabellos negros, tragaron duro cuando sintieron la mirada de la femenina, conocían perfectamente de lo que era capaz la extranjera, después de todo Viktoria se había ganado una fama en la escuela, ya que había destrozado por completo al club de karate y kickboxing quienes eran considerados peleadores nacionales y también de sus bromas que eran algo asquerosas y peligrosas.

—Viktoria...

—Oh! Hola, chicas.

—¿Las están molestando?

—¿Eh? No, solo estábamos hablando con ellos.

—Creí que no le gustaba hablar con pandilleros, ya que siempre se la pasan hablando con los chicos que se turnan cada fin de semana para cogérselas. 

La de cabellos negros sonrió al ver la expresión de molestia de parte de sus compañera, como le gustaba molestar a esas chicas caprichosas y engreídas, disfrutaba acabar con su paciencia para luego darles su merecido.