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XIX - La unión de los condenados

CAPÍTULO 20 - La unión de los condenados

De camino a casa, por la carretera que une el Monte Feller con la Ciudad de Raphaela, Jungkook y Jimin logran recuperar la compostura y pensar con claridad. Están listos para escapar de esta vida, llena de injusticias y caprichos ajenos. Cada movimiento de Jessica ocurre por algo y eso lo entienden más que nadie.

Pero la ilusión es muy grande y la esperanza también, y la joven pareja de soldados sabe que todo se debe a que se tienen el uno al otro… de alguna retorcida y peligrosa manera.

— ¿Lograste ver dentro de Taehyung? - Jungkook cuestiona y Jimin suspira desganado - mi pregunta es algo estúpida, teniendo en cuenta que no lograste acercarte a él. 

— No entré a su cabeza… pero algo extraño está ocurriendo. Pude sentir que aún hay piezas dentro de su cuerpo desprogramado. Necesito tocarlo y comprobar si eso es verdad.

— Eso será difícil… Taehyung es una bestia programada para defenderse de OVAS como nosotros.

— Lo sé…

— ¿Qué poderes habrán logrado programar en él?

— Super fuerza… fuego… hielo… poderes puramente físicos. No creo que sea un programador como yo.

Se quedan en silencio, pensando en las diferentes posibilidades. Jungkook sospecha que Jimin tiene razón, porque las habilidades mentales son las menos frecuentes entre ellos.

Jimin toma la iniciativa para hablar de lo ocurrido esa noche. Necesita a Jungkook para él, alejado de todo lo que los rodea, y olvidando por completo lo que pasó.

— Siento lo de Sunmi, Kook. Ella es tu pareja después de todo… - Jimin finge tener la situación bajo control, pero no puede evitar sentirse inseguro, ya que será la humana quien estará junto a Jungkook luego de que los separen. 

— No lo sientas. Soy yo el que debe pagar por mi incompetencia emocional.

— Pués ella no estaba muy segura de eso… - frente al silencio del alfa, el pelirosa decide continuar - sobre todo por lo que dijo...

— Tal vez tiene un poco de razón.

— No digas eso.

— ¿Por qué no? ¿Dime en qué se ha equivocado? - Jimin no sabe que responder e intenta recordar las palabras de Sunmi con mayor precisión - yo estaba comprometido y no tuve las agallas para decírtelo. Te mentí y oculté cosas… y aún así no pude lidiar contigo, el omega más perfecto que he tenido el placer de conocer.

— Oh ya… eso último no es necesario.

— ¿Por qué? ¿Mis elogios te ponen nervioso? - Jungkook bromea y Jimin alza la ceja aceptando el desafío - no pareces ponerte nervioso en otras ocasiones...

— No podrías ponerme nervioso jamás. Solo… me haces sentir un poco caliente ¿sabes?

El alfa sonríe al escucharlo. Ha pasado tiempo desde que follaron por última vez, teniendo en cuenta que los niños parecen estar muy atentos a sus movimientos. Jimin insiste en no follar en la casa y eso a Jungkook lo vuelve loco.

— Vamos a un hotel… ¿que dices? - Jungkook decide probar suerte, dejando ver su excitación por medio de sus feromonas.

— No creo que sea lo más adecuado.

Jungkook gruñe con fastidio, sin entender las verdaderas intenciones de Jimin. ¿Acaso él era el problema y por eso su omega no quería follar?

— Está bien - es lo único que responde y decide guardar sus pensamientos libidinosos para él mismo. No quiere pelear, aunque su abstinencia amenace con joderle el cerebro.