IV - La vida que nos tocó vivir, Parte 1

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CAPÍTULO 4 - La vida que nos tocó vivir, Parte 1

Jimin fue adoptado por la señora Park. Luego de ser separado de la familia Jeon, le tocó vivir durante años alejado de la ciudad. Su nueva madre adoptiva supo desde el día uno que algo andaba mal con él... pero una promesa con un pago tan suculento como el que recibió, debía cumplirse. Cuando se dio cuenta de que el niño era un omega, notó también que había cosas extrañas en cómo hacía sentir a las personas cada vez que los tocaba sin guantes.

Con el paso del tiempo y debido a la presión de la crianza, la señora Park adquirió una horrible adicción a los ansiolíticos y drogas. La misión de criar a un niño OVA era demasiado para ella, y sospechaba que para cualquiera. Jimin se dio cuenta de aquello a temprana edad, pero siendo tan solo un adolescente, no supo cómo actuar.

Una noche, luego de una larga jornada educativa en los campos de los Montes Feller, el niño se acercó a su madre y se quitó los guantes sin permiso. Quiso acomodar las piezas de la mujer que tanto había hecho por él, al haberlo acogido tras la separación de su familia. Así como hizo con Jungkook, intentó actuar sobre la mente de su nueva madre.  Ella le permitió intentarlo, rompiendo las reglas de la organización.

Jimin aprendió a calmarla y programarla a una velocidad abrumadora. La paz en la señora Park se volvió algo rutinaria y natural, siempre y cuando su hijo actuara dentro de su cabeza. Pero la necesidad de paz se volvió desesperante, y los poderes de Jimin se fueron desgastando con el tiempo debido a su uso constante y la falta de entrenamiento. Ambos debieron asistir a una consulta con una doctora recomendada por la organización, doctora que advirtió al instante los problemas entre el niño y su madre.

— Debe entregar al niño, señora Park. Su mente requiere de entrenamiento y disciplina... ahora que sus poderes han crecido. Es un humano alterado genéticamente y corre riesgo de ser tomado por fuerzas armadas desconocidas. Nuestro planeta está en peligro por culpa de estos fenómenos.

— Cuando me entregaron al niño, el trato fue cuidarlo hasta los 18. No pueden quitármelo ahora, sin previo aviso.

Jimin escuchó todo desde la camilla. Para ese entonces, no podía descifrar si su madre adoptiva lo quería de verdad o si solo quería sus poderes.

— El trato también era que usted mantuviera al niño con guantes y protegido de si mismo. No que se aprovechara de él y de sus habilidades. 

La mujer quedó en jaque, víctima de su adicción e irresponsabilidad. Desesperada, decidió usar su última carta: amenazas.

— Si me quitan a mi hijo, llamaré a los medios y les contaré lo que hacen con los niños. Se todo de ustedes, se todo de ellos. Puedo arruinarlos.

— Claro que sí, señora Park. Pero usted y yo no tenemos nada que ver con estos niños. Haré mí trabajo y me desligaré de esta situación. Es un omega, necesita ser esterilizado... y es un OVA, por lo que necesita estricto control.

La doctora ni siquiera pestañeó cuando llamó a los guardias. Jimin no se movió, y empezó a revivir momentos del peor día de su vida en cámara lenta.

— Voy a morir solo... - susurró para sí mismo, sorprendido y temeroso de sus poderes.

— Llévensela.

Su madre desapareció frente a sus ojos. Al igual que Jungkook, inexistente durante los años que pasó en el campo alejado de la civilización.

— Joven, alguien quiere verlo. ¿Puede recibir a otro doctor en este momento? - un militar, totalmente ajeno le preguntó.

Jimin asintió, con los ojos perdidos y el corazón hecho piedra.

— Claro.

Estuvo a punto de llorar por la pérdida de la señora Park, pero no lo hizo. Ya había perdido todas las lágrimas hace cuatro años.

🥀

Jimin pasó lo que quedó de su poca adolescencia en un colegio especial para niños huérfanos. No entendió hasta convertirse en soldado, la importancia de aquella especialidad. Comprendió con el paso de los años, que la única manera de no perder a nadie, era viviendo completamente solo.

Extrañaba a su madre, a su otra madre, y extrañaba a Jungkook.

Al empezar a vivir su adultez temprana, recibió entrenamiento y educación en la Universidad Militar para adultos, a pesar de aún no serlo. Él no lo sabía, pero estaba siendo preparado para actuar como un arma biológica. Necesitaban soldados OVA con sus habilidades, para defender a la Tierra de invasiones extraterrestres.  

A los 21 años, sus maestros decidieron hablarle sobre la capacidad de su mente. Le explicaron que tenía un don, y que al ser un omega, también podía ser utilizado como infiltrado. Los humanos y los alfas solían tener debilidad por ellos, por su naturaleza, por su belleza y recepción en la sexualidad.

Contra todo pronóstico, su vida se volvió buena y estable... incluso tuvo tiempo de conocer a otros soldados y forjar amistades. Allí fue donde conoció a Félix, un omega que había tenido una vida difícil como la de él. Ambos se volvieron buenos amigos y compartieron su amor por la biblioteca y los clubes nocturnos del campus. Muchos agentes, estudiantes y soldados, pasaban tiempo en aquellas discotecas improvisadas, para liberar tensiones y olvidar el peso de sus misiones. La vida en la universidad era demasiado rígida y solitaria.

Entre tragos, Felix solía decir que le hubiese gustado ser alfa, pero que a la hora de follar, quería continuar siendo un omega.

Pero... ¿Qué pensaba Jimin de esto? No podía responder con exactitud; él siempre había querido ser un humano puro, alejado de las razas opacadas por sus impulsos sexuales. A pesar de que deseó mantenerse al margen, la vida tuvo demasiadas sorpresas para él.

— El problema es que los alfas no son buenos en las relaciones. Son imbéciles, egoístas y bastante insoportables. ¿Lo has notado? - Félix preguntó, vaciando su cerveza número cinco de la noche. A veces creía que debía estar del todo borracho para intentar entender a su amigo.

— No. Jamás me relacioné con uno - Jimin respondió, mintiendo descaradamente.

En realidad no estaba mintiendo del todo, porque solo se había acercado a un alfa durante su niñez, cuando descubrió a Jungkook como uno de ellos, el día en que mataron a su madre.

¿Qué hubiese pasado si ambos seguían juntos?

Jimin amaba recordar un momento específico junto a Jungkook, en donde éste le decía que en caso de ser alfa, le gustaría que él fuese un omega. No pensó mucho en lo podía significar eso en el pasado, pero ahora, aquella frase le causaba confusión.

Extrañaba todo de su vida, pero lo que más extrañaba, era la protección y seguridad que Jungkook le brindaba.

— Deberías empezar a salir con alfas - Felix insistió.

— No quiero. Son aburridos.

— ¡Somos omegas! Follar con alfas debería ser correcto y placentero... aunque no tengamos útero por culpa de esta vida que nos tocó.

Si, a los niños OVAS se les quitaba el útero en caso de ser omegas. No podían embarazarse, pues eso entorpecería su rendimiento en las misiones físicas.

—  No se nada de placer, Felix. No es tan importante si aún estoy vivo a pesar de no vivir follando.

— ¿Cómo puedes decir eso?

— ¿Cómo podría decir lo contrario? Los omegas activos sexualmente describen el placer como algo fantástico, y yo no me siento así cuando follo con los idiotas del escuadrón. Aunque sean mayores, aunque alardeen de su experiencia... son aburridos y me agotan.

— Oh diablos, amigo... eres demasiado quisquilloso. 

Jimin pensó en cuánta verdad había en sus palabras, y se preguntó que se sentiría ver a un alfa como Jungkook después de tantos años, conociendo sus diferencias y aceptando su naturaleza distante.

Jungkook no era su hermano, y en el fondo, estaba contento por eso. No podría permitirse tener pensamientos de esa clase con él si realmente lo fuera.

🥀

99% → KOOKMIN → FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora